Jueves, abril 25, 2024

El notariado poblano: a punto de pervertirse

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Era el final de la administración de Melquiades Morales y la lista de aspirantes a obtener una Patente para convertirse en Notarios Públicos, era interminable. Puedo decir que, pocos funcionarios cercanos a Melquiades Morales merecían aquel beneficio por su lealtad, méritos y capacidad jurídica, me refiero a: Héctor Reyes Pacheco y Javier Ramírez Chantrés.

Con la habilidad política del entonces gobernador, a todo peticionario le decía que sí, que esperaran los tiempos.

El día de ayer trascendió la noticia de que Tony Gali, mi amigo, otorgará un importante número de Notarías y, por este motivo, reproduzco mi artículo publicado en este mismo espacio intitulado “El notariado de Tlaxcala y sus circunstancias” que hoy cobra vigencia, pesé a que lo publiqué el día 19 de septiembre de 2011.

“…Recuerdo, como si de ayer se tratase, que el entonces secretario de Gobernación de la administración melquiadista, me llamó para solicitar asesoría, por instrucciones del propio gobernador del estado, para hacer una revisión exhaustiva en las solicitudes para obtener la patente de notario público en el estado. Más de 30 solicitudes de los aspirantes fueron las revisadas. La instrucción del Ejecutivo en el estado, Melquiades Morales Flores, era precisa. “Que las solicitudes se encuentren apegadas de manera estricta a la ley”. ¿De qué otra manera debería ser?

Analicé con detenimiento cada una de las solicitudes y, créanme que, grande fue mi sorpresa al percatarme de la serie de imprecisiones jurídicas y falta de observancia a los lineamientos prescritos por la ley del notariado, por parte de la mayoría de los aspirantes a una fiat. Copias certificadas de actas de nacimiento ante notario público; ausencia de informaciones testimoniales; imposibilidad para demostrar haber realizado prácticas notariales; eran unas de las pequeñeces que descubrí en los expedientes (por pena ajena omito las verdaderamente graves). Debo decir que otros eran impecables y, por tanto, merecían, si así lo consideraba el ejecutivo, dada su idoneidad acceder a la tan ansiada fiat.

Rómulo Arredondo, secretario de Gobernación, y Armando Toxqui, subsecretario de Gobernación, fueron testigos de lo narrado anteriormente. Nuevamente recibí una llamada del emisario del ejecutivo, quien me pedía esta vez que, buscara la manera de negar todas las solicitudes, ya que el gobernador quería ser el único que dejase su administración sin otorgar notaría alguna. La de su fraternal amigo el sicalíptico Carlos Arredondo ya la había entregado. Poco después, me enteré de que el licenciado Melquiades Morales les había comentado a manera de excusa, a quienes les había prometido otorgar la patente, que fui yo el que a petición del consejo de notarios había sido contratado para el análisis de las solicitudes de marras y, consecuentemente, el directamente responsable de darle un “albazo” sorprendiendo la buena fe de Rómulo Arredondo para que se publicara como lo establece la ley, las correspondientes negativas.

Mi respuesta fue inmediata y escribí un artículo que obra en las hemerotecas de por lo menos dos medios informativos de la prensa escrita dando pelos y señales de lo que aquí les narro. (A las pruebas me remito).

Lo cierto es que, fue el propio gobernador quien ordenó esa publicación, aunque en mis dictámenes hubo por lo menos 10 solicitudes impecables y con posibilidad para acceder al notariado poblano. Hasta aquí dejo la anécdota de lo acontecido en el gobierno melquiadista para entrar en el tema que motiva la presente entrega…

“Corresponde al gobernador del estado expedir las patentes del notario público cuando se reúnan los requisitos que establece esta ley, así como cancelarlas cuando se actualicen las causas que para ello señale la misma […]”.

 

El notariado poblano a punto

de convertirse en un estercolero

Los aspirantes para convertirse en notarios públicos, en su gran mayoría, tienen un morro que se lo pisan. Veamos por qué:

Increíble resulta, ver como aspirantes al notariado público a personajes de negros antecedentes y que en su espalda cargan la corrupción, la ignorancia jurídica, la estulticia y la absoluta y total falta de ética. Y así tenemos que, los ímprobos y extremadamente ignorantes jueces Miguel Ángel Martín Hernández Jiménez y Amadeo Fuentes Añorve tengan la osadía de pretender ser examinados y públicamente. Algo verdaderamente rocambolesco que atenta contra la razón misma. ¿Será posible que el gobernador, lejos de mandar a chirona a donde desde hace muchos años deberían estar par roedores de cola larga, aspiren a tan noble función? No cabe duda de que en este gobierno estamos viviendo en el mundo del absurdo.

Sin embargo, no tendrá desperdicio disfrutar el espectáculo grotesco que, de ser examinados, darán este par de corruptazos.

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