La captura de Joaquín “el Chapo” Guzmán pospuso un par de reuniones que habría –este fin de semana– en Los Pinos y el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor para definir al posible candidato del PRI a la minigubernatura de Puebla. Al prolongarse el tiempo de espera –ya que la definición se podría dar hasta después del próximo día 20 de este mes– surgió un desafortunado y desangelado intento de destape de la senadora Blanca Alcalá Ruiz.
El responsable fue Víctor Manuel Giorgana Jiménez, coordinador de los diputados federales priistas de Puebla, quien lejos de beneficiar a Blanca Alcalá le inyectó una visión de debilidad al trabajo de promoción de la ex edil de Puebla, ya que le organizó un acto que exhibió una pobre capacidad de convocatoria y falseó la información proporcionada.
Más allá del resultado que arrojó la encuesta que se levantó por encargo del CEN del PRI –entre noviembre y diciembre–, la dirigencia nacional del partido pidió a los aspirantes a la nominación presentar informes que demuestren cuál es su capacidad de mover y potenciar las estructuras del PRI. En ese sentido, quien aventajó a todos en los dos últimos meses fue el delegado de la Sagarpa, Alberto Jiménez Marino, quien ha logrado realizar actos masivos, hacer pública la adhesión de sindicatos y organizaciones, y de sumar a importantes figuras del partido.
Ante esa circunstancia se percibe que Blanca Alcalá quiso dar un viraje a su trabajo de promoción y este fin de semana se hizo el primer acto para expresar una abierta adhesión de priistas al proyecto de la senadora. El responsable de ese evento fue Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien ha estado en el ojo del huracán en las últimas semanas por dividir y enfrentar a los miembros de la fracción del PRI de Puebla en San Lázaro.
Giorgana subió a su cuenta de twitter un mensaje y fotos de una asamblea en el distrito 12 de la capital, en donde los asistentes manifestaron su apoyo a Blanca Alcalá. Mediante un juego de palabras, en una parte del texto quiere dar a entender que la senadora ya es la ungida por el CEN priista y en otro, que los asistentes piden que la ex alcalde sea la próxima abanderada tricolor. En las imágenes se ve a Alcalá Ruiz ataviada con un traje blanco con negro, quien se muestra efusiva ante los asistentes, que son mujeres en su mayoría.
¿Cuál es el cuestionamiento a este acto? El primero es que se observan unas 150 personas que acudieron al acto –que es una muy pobre asistencia–, el cual no tuvo cobertura para la prensa local, se ignora quiénes son los participantes y en la difusión del mismo, se falsea la fecha de realización. En su cuenta de twitter el diputado Giorgana da a entender que se hizo este domingo y el caso es que el periódico El Popular, en una columna, dice que la senadora estuvo el viernes en un encuentro con trabajadores del IMSS y el sábado en el distrito 12 de Puebla. Queda claro que es el matutino el que dice la verdad.
Blanca Alcalá es la priista que goza de mayor popularidad y de mejor imagen en el estado. Sin embargo un acto, como el de Giorgana, la muestra como todo lo contrario, como una aspirante sin poder de convocatoria, que se conforma con actos desangelados y que no tiene capacidad de llamar la atención de la opinión pública.
Y esa situación es resultado de que descansa Alcalá su operación política en Giorgana Jiménez, un priista que en lugar de sumarle le aleja adeptos, por ser un personaje que se destaca por dividir y confrontar con los grupos sociales y políticos con que trata.
Esa condición ya la había vivido Alcalá desde que fue edil y tuvo a Giorgana como secretario de Desarrollo Social. Tal parece que la senadora no aprendió de las experiencias vividas en el ayuntamiento de Puebla.
La legisladora priista tiene un gran potencial como posible candidata del PRI, pero su mala selección de operadores políticos parece ser un lastre en sus aspiraciones.
Sobre todo porque este pobre acto contrasta severamente con la capacidad de movilización que ha exhibido Jiménez Merino.
Hace cuatro meses en el CEN del PRI el nombre del delegado de la Sagarpa no figuraba como un aspirante importante para Puebla. El presidente del partido, Manlio Fabio Beltrones, impulsaba al ex edil de la capital, Enrique Doger Guerrero, y en Los Pinos se veía con muchas simpatías a Blanca Alcalá.
Nunca pudo llegarse a un acuerdo de quién era el priista más viable para Puebla. Tal como también ha sucedido en los casos de Oaxaca y Veracruz, donde también se van a renovar las gubernaturas. Por eso se les pidió a los aspirantes promocionarse para medir quien tiene más popularidad y quien mueve más a la estructura del tricolor.
En popularidad Alcalá va a arriba. En el manejo de la estructura priista, Jiménez Marino aventaja a todos.
El delegado de la Sagarpa tiene ya a Francisco Ramos, ex diputado federal y personaje cercano al subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri, quien opera una importante estructura con presencia en todo el estado. Además, cuenta con el respaldo del delegado de Sedesol, Juan Manuel Vega Rayet, del diputado federal Alejandro Armenta y de Mario Marín García, hijo del ex gobernador Mario Marín.
Lo respalda el líder nacional de la CNC, Manuel Cota, 30 organizaciones del ramo agropecuario, 12 sindicatos de trabajadores federales, y se dice que tendría a su favor la simpatía de Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación federal.
Jiménez Merino apareció como el tercero en discordia, al colarse entre los espacios que descuidaron Doger y Alcalá. Eso ha complicado la toma de decisiones para Puebla, junto con la reciente caída del “Chapo” Guzmán.