Académicos, estudiantes, periodistas y activistas poblanos manifestaron sus reservas sobre la detención de uno de los tres presuntos asesinos materiales de Javier Valdez Cárdenas, y advirtieron que independientemente de esta captura, no habrá justicia para el autor sinaloense hasta que no sean puestos tras las rejas los otros dos cómplices materiales y los artífices intelectuales del crimen, quienes muy probablemente se encuentran incrustados en las altas esferas del poder político.
Los pronunciamientos fueron hechos en el marco de la lectura en voz alta de la obra de Cárdenas, que como homenaje se le hizo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla.
Al acto acudieron de manera solidaria representantes de organizaciones sociales como la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre, la Coordinación por los Padres de Ayotzinapa, la Barra Libre de Abogados Democráticos y el Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Puebla y Tlaxcala.
Diana Isabel Hernández Juárez, docente del Área de Periodismo en la unidad académica anfitriona y una de las convocantes a la lectura, manifestó que no solo se exige justicia para Javier Valdez, sino para todos los periodistas mexicanos que han sido asesinados por cumplir con su deber.
Manifestó que en un país acostumbrado a las simulaciones de la autoridad y la fabricación de chivos expiatorios, no resulta difícil desconfiar de que “El Koala”, el hombre que ha sido presentado como uno de los autores materiales del crimen de Cárdenas, sea en realidad “un chivo expiatorio”, por lo que consideró prudente esperar a tener más información del caso, pero resaltó que no habrá justicia hasta que se castigue a todos los culpables de la muerte de Javier.
La doctorante también hizo referencia al homicidio y desintegración de los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) y condenó que México se haya convertido en un país donde no se respeta la vida de nadie: “Se trata de jóvenes como ustedes”, les dijo a los alumnos que la escuchaban.
Juan Carlos Canales, también profesor del claustro de la Facultad de Filosofía y Letras, coincidió con Hernández Juárez y planteó la necesidad de que la universidad recupere la discusión sobre los temas que lastiman a la vida de pública del país, porque esa es su obligación con la sociedad.
Habló sobre el legado del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas para Puebla, el mismo que, dijo, será senador por la vía plurinominal, pero en cuya gestión creció de manera exorbitante la actividad de las bandas de huachicoleros y los feminicidios.
El filósofo y psicoanalista les advirtió a los muchachos que ninguno de los candidatos a la presidencia de la República solucionará la multiplicidad de graves problemas que hay en el país y los instó a tener una participación intensa en el debate y las acciones para mejorar con esta situación de desastre nacional.
En medio de la lectura de los textos dramáticos de la antología “Periodismo Escrito con Sangre”, una estudiante sollozaba entre el público. Diana Hernández la invitó a pasar a leer y la presentó como paisana de Javier Valdez. La alumna, visiblemente emocionada, improvisó un discurso en el que expresó que aunque el imperio del narcotráfico es una realidad en Sinaloa, “hay muchas cosas más que son mejores”, como la gente que trabaja en la legalidad, la cultura y las zonas naturales.
En su turno al micrófono, Enrique Bagatella Bermúdez, funcionario de la Vicerrectoría de Difusión y Extensión de la Cultura, exhortó a los chicos a asociarse para defender las mejores causas.
Otros maestros y profesores emitieron breves pero intensos discursos de aliento a los jóvenes.
Este reportero manifestó sus suspicacias porque uno de los asesinos de Javier haya sido detenido a pocos días de cumplirse un año del crimen y en medio de la Jornada Nacional de Protesta que se efectúa en su memoria. Expresó que no se puede caer en la ingenuidad de pensar que los asesinos de Javier Valdez son solo los sicarios y líderes del crimen organizado, porque estos no podrían actuar con el manto impune que le brindan los gobiernos y la clase política.