Ha trascendido una supuesta conjura de jueces y magistrados para evitar la permanencia de Roberto Flores Toledano como presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla. La confabulación estaría liderada por Alberto Miranda Guerra, quien a principios de la actual administración estatal organizó una comida en honor del actual gobernador, José Antonio Gali Fayad en casa de Marco Márquez –socio del ex gobernador, Mariano Piña Olaya–, por órdenes del diputado federal panista, Juan Pablo Piña, desertor del grupo encabezado por el ex gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas.
Se corren rumores de que el magistrado Miranda Guerra, pretende junto con un grupo de la misma catadura como María Rosalba Pantoja, juez de Huejotzingo, Amadeo Fuentes de Tepeaca, desesperadamente. sin conseguirlo, hasta ahora una cita con el titular del Ejecutivo Estatal, para evitar que Roberto Flores Toledano continúe como Presidente del TSJ,
La conjura intentaría poner al frente del máximo tribunal del estado al propio Miranda Guerra, quien parece haber olvidado el respeto a la división de poderes.
En otro medio de comunicación, se barajaron a otros magistrados como aspirantes a la presidencia del TSJ, entre los que destaca José Roberto Grajales Espina, quien a decir del abogado de esta casa editorial, Carlos Meza Viveros, “podría ser reprobado en un pequeño examen de derecho civil I, derecho penal o cualquier otra rama de la ciencia jurídica”, pues según nos confiesa el constitucionalista, “siendo miembro de la Comisión de Justicia y Puntos Constitucionales de la LV legislatura, Grajales Espina no rebuznaba porque ni el silbido le salía”, y miren quien lo dice. ¿Será que Roberto Grajales aceptaría el examen del jurista? Lo dudamos mucho.
De todos es sabido, que el panista Grajales se limita como “magistrado” de Sala a firmar las resoluciones que sus proyectistas le pasan. Igual los proyectos de resolución podrían tratarse de historia, medicina o literatura y José Roberto (no merece que le llamemos Magistrado) de cualquier manera, no entendería.
Por otra parte, y en opinión de abogados postulantes consultados, incluyendo a Meza Viveros, Roberto Flores es un jurista con toda la barba, pésele a quien le pese, igual sabe de fiscal, penal, civil, mercantil o cualquier otra rama del derecho, además de conocer el difícil oficio de un litigante y de los buenos.
Sabemos de buena fuente, que Miranda Guerra ha gestionado la tan ansiada reunión con el Ejecutivo sin conseguirla. Ojalá de una vez, se entere que en Puebla sí hay división de poderes, y si no que alguien diga lo contrario, si tiene lo que se debe tener para refutarlo.
Queda claro entonces, que los amagos de este grupo de magistrados y Jueces no lograrán su cometido, pese al juicio de amparo que eventualmente lleguen a conceder a los intereses de los autores intelectuales del mismo.