Por falta de pruebas en su contra, este lunes fueron puestos en libertad los cuatro menores de edad que fueron detenidos y después remitidos al Centro de Justicia para Adolescentes por el enfrentamiento entre el Ejército mexicano y bandas dedicadas al robo de combustible en Palmarito Tochapan, que dejó un saldo de 10 muertos, cuatro militares y seis civiles.
La información fue dada a conocer por la Fiscalía General del Estado (FGE) en Puebla, que confirmó que no cuentan con evidencia para inculpar a los menores por el homicidio de los militares.
El pasado 3 de mayo, se registró un doble enfrentamiento entre militares y bandas huachicoleras, luego de que los uniformados recibieron un falso reporte de toma clandestina en la comunidad en mención.
Luego de la refriega, 14 pobladores fueron detenidos, nueve fueron vinculados a proceso y encarcelados en el penal de Tepexi de Rodríguez.
La FGE informó que el caso Palmarito fue enviado al Poder Judicial de la Federación que vinculó a proceso a los nueve por homicidio calificado, homicidio en grado de tentativa agravado y delitos cometidos contra servidores públicos.
De los cinco restantes, todos menores de edad, uno falleció en el hospital donde era custodiado por la Policía Estatal, y los cuatro fueron internados en el Centro de Justicia para Adolescentes.
Tres de los jóvenes recibieron atención médica en el Hospital de Traumatología y Ortopedia “Rafael Moreno Valle”, ubicada a la orilla de la autopista México–Puebla, por las lesiones con arma de fuego.
Las autoridades revelaron que José Luis N, Javier N, Manuel N y Luis Alberto N están acusados del homicidio de un mismo número de soldados, pero no lograron acreditar la actividad delictiva.
A pesar de esta situación, este lunes, miembros de una banda dedicada al robo de hidrocarburo dispararon en contra de efectivos del Ejército Mexicano en el municipio de San Matías Tlalancaleca, huyendo al poblado de Atotonilco, en el estado de Tlaxcala.
El ataque ocurrió cuando los miembros de las fuerzas castrenses realizaban un recorrido de rutina.
Según las versiones preliminares, los huachicoleros se encontraron con los militares y comenzaron a disparar para distraerlos y así poder escapar.