Viernes, abril 26, 2024

Enfrenta Armenta crisis de desconfianza en Morena por su evidente cercanía a Mario Marín

Destacamos

Dudas, zozobra y malestar ha causado, en los últimos días, en el interior de Morena –tanto en Puebla, como en la dirigencia nacional del partido– el diputado federal Alejandro Armenta Mier, por dos razones fundamentales: porque ha generado una serie de intrigas en contra de la toma de decisiones de esta fuerza política y porque ha evidenciado el control que sobre él sigue ejerciendo el ex gobernador, Mario Marín Torres.

Tal situación ya provocó en esta semana un airado reclamo hacia Alejandro Armenta por parte de Yeilckol Polevnsky, la secretaria general de Morena a nivel nacional, quien le habría cuestionado al legislador su falta de disciplina y sus asomos de deslealtad hacia este instituto político que le dio cobijo luego de su abrupto rompimiento con el PRI.

El domingo pasado, Armenta pasó un trago amargo cuando en la sesión del Consejo Estatal de Morena le pidieron una explicación de por qué sus operadores políticos están recorriendo el estado para afirmar que él va a ser el candidato a gobernador de Morena.

Armenta dio como respuesta un galimatías, al no poder ofrecer una explicación convincente de su conducta.

Ya con anterioridad –a la última sesión del Consejo Estatal– habían detectado que los operadores políticos de Armenta se están reuniendo con la militancia de Morena y con grupos de la sociedad civil para convencerlos de que el ex priista va a ser el candidato a gobernador, como resultado de que fue propuesto para esa postulación por el PT y el Partido Encuentro Social, el cual es el nuevo aliado de Andrés Manuel López Obrador.

Lo que más se ha cuestionado de ese comportamiento, por encima de la falsa versión de que va a ser candidato a la titularidad del Poder Ejecutivo, es que todos aquellos que están propalando esa versión tienen una peculiaridad: fueron activistas del PRI o funcionarios públicos durante el mandato de Mario Marín.

Tal situación plantea que Armenta estaría intentando montar una estructura paralela a la de Morena, con el apoyo del grupo político de Marín Torres, y que buscaría imponer a como de lugar su posible nominación a la candidatura a la gubernatura, por encima de las decisiones que se han venido tomando desde la dirigencia nacional del partido.

En la dirigencia nacional de Morena desde hace un par de meses se tomó la decisión de impulsar al senador Luis Miguel Barbosa Huerta como aspirante a candidato a gobernador, luego de que ganó la encuesta que lo colocó como coordinador estatal de esta fuerza política. Aparte del legislador, no existe una segunda opción para realizar esa labor.

Por esa razón el senador ha venido desarrollando una labor de estructurar en un solo frente a todos los grupos de militantes de Morena, para de esa manera generar cohesión y fortaleza interna en el partido.

Desde octubre pasado, fecha en que se tomó la decisión de designar a Barbosa como coordinador estatal del partido no se ha planteado al más mínimo asomo de cambiar el rumbo electoral que lleva el partido en Puebla, en donde el senador camina rumbo a ser candidato a gobernador y Armenta, junto con la ex priista Nancy de la Sierra, en convertirse en aspirante a ser parte de la cámara alta del Congreso de la Unión.

Mario Marín atrás de Armenta

Hace unos meses se supo que Mario Marín Torres había decidido intentar en el proceso electoral de 2018 recuperar una parte del poder político que perdió al ser derrotado su grupo en la elección local de 2010, por el entonces candidato opositor Rafael Moreno Valle Rosas.

Para ello, dispuso que esa recuperación del poder se haría por medio de Alejandro Armenta y a través de Morena.

Cuando Armenta ingresó al Partido Movimiento Regeneración Nacional fue cuestionado por lo mandos nacionales de esta fuerza política acerca de su relación con Marín y el intento del ex mandatario de controlar, desde las sombras, a un candidato a gobernador.

Armenta siempre respondió con su consabida versión de que en el proceso electoral de 2010, cuando él era presidente estatal del PRI, entró en conflicto y una ruptura con el entonces gobernador Mario Marín Torres, y que nunca se había distendido la relación entre ambos.

Le creyeron a Armenta ese deslinde hacia Mario Marín Torres, en mucho porque la primera etapa de su activismo dentro de Morena lo hizo con operadores que sumó a su proyecto y no parecían estar ligados al marinismo.

Pero tal parece que a Mario Marín no le gustó que Armenta no lograra ser candidato a gobernador.

Y por encima de lo que decidió el partido, el ex mandatario ordenó a su estructura hacer un intento de imposición de su “delfín”.

Toda esa situación ha empezado a ser detectada en Morena.

Sobre todo por el torpe y evidente actuar de los operadores de Alejandro Armenta.

Esa condición he metido en un brete a Armenta, quien tendrá que dedicar los siguientes días para buscar la manera de recuperar la confianza de los líderes de Morena.

Y sobre todo, para ponerle freno al afán de Marín de influir en el Partido Movimiento de Regeneración Nacional.

Si no lo hace, no va a llegar a enero su afán de aparecer en las boletas de las votaciones del próximo año.

Ultimas

Incendio en relleno sanitario de Ajalpan consumió más de 10 toneladas de basura

Ajalpan. -  Voraz incendio en el relleno sanitario de este municipio consumió al menos 10 toneladas de basura, los...
- Anuncios -
- Anuncios -