Autoriza el INM segunda visa humanitaria a favor de un migrante

“Empezó a disparar hacia nosotros que íbamos arriba del tren. Nos llenamos de miedo y nos aventamos a donde pudimos para escapar de los tiros. Lastimosamente me dieron tres balazos, dos en la espalda y uno en la mano”, señaló el hondureño Pedro N. a La Jornada de Oriente en mayo pasado.

Transcurridos poco más de tres meses de esta agresión, el Instituto Nacional de Migración (INM) le otorgó la visa humanitaria a este migrante centroamericano por un año; es la segunda en su tipo concedida a una persona extranjera que ha sido víctima de violencia y lesiones en territorio estatal.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) informó a los medios de comunicación que el pasado miércoles 19 de julio, Pedro N., recibió este permiso, “después de un proceso que se había estancado debido a problemas en la integración de su demanda (penal) por los delitos de lesiones y asalto”.

Problemas en integración de la denuncia retrasó el permiso

Sobre esos hechos ocurridos la noche del pasado 4 de abril, el hondureño interpuso una denuncia ante la agencia del Ministerio Publico de Apizaco, asentada “en el acta de hechos UIAPIZ–1/785/2017, en contra de quien o quienes resulten responsables, la cual se tramitó en la agencia del Ministerio Público Adscrita a la Unidad de Atención Integral del Municipio de Tlaxco”, precisa la CEDH.

El órgano puntualiza que cuando Víctor Manuel Cid del Prado Pineda asumió el cargo de presidente de la CEDH acudió a la Casa del Migrante “La Sagrada Familia” y una de las peticiones fue que intercediera ante el INM.

“En reunión de trabajo con Tito Cervantes Zepeda, procurador General de Justicia del estado, se tocan diversos puntos siendo uno el caso de Pedro N., y se complementa la denuncia con el agravante de asalto con tentativa de homicidio”, indica.

La CEDH apunta que esta visa es resultado de la intervención conjunta del procurador del estado, de la organización civil “Un Mundo una Nación” (Uman) y del presidente de este organismo autónomo. Con ello “se demuestra que con trabajo interinstitucional se puede lograr todo en materia de la protección de derechos humanos”, subraya.

La visa humanitaria es por un año

En reiteradas ocasiones, Elías Dávila, administrador del albergue “La Sagrada Familia” de Apizaco, ha expuesto la dificultad para conseguir la visa humanitaria, que en el caso de Pedro N., tiene vigencia por un año, comentó.

En ocasiones, “el migrante debe demostrar que fue víctima de delito, aun cuando lo compruebe, teniendo la bala en su cuerpo, no se la conceden”, lamentó.