Efecto polilla. La polilla es un insecto pariente de las mariposas, son las menos bonitas y vistosas de su especie. En su etapa larvaria resultan muy dañinas. Como resultado se convierten en plaga y destruyen todo a su alrededor.
Pero a diferencia del efecto cucaracha, en que la delincuencia llega de fuera. Lo que está ocurriendo en Tlaxcala es producto de un proceso de descomposición interna. En consecuencia, urge combatir y exterminar para evitar que desde adentro, se destruya a la sociedad tlaxcalteca.
Una mujer que tiene como ruta de tránsito diario la avenida Juárez. A la altura del Palacio de la Cultura es tomada del cuello. Le exigen ceder todo lo que lleva. Le arrebatan celular, tarjeta de débito y el dinero del mandado.
Una pequeña tienda ubicada en el centro de Tlaxcala ve llegar a dos clientes. Así como entran, los amagan diciendo que entreguen el dinero de las ventas. No hay gritos ni violencia física, pero la amenaza es de tal magnitud que no tienen más salida que entregar el fruto de su trabajo.
En una calle de Atempan se encuentra detenido un vehículo. Como a veces ocurre dentro de él se encuentran dos jóvenes tomándose una cerveza. Se les acercan dos tipos, les ponen un arma frente a ellos y les quitan lo poco que les queda en el bolsillo.
Estos eventos se han ido incrementado y convertido en parte de la plática cotidiana. No hay quien no conozca un amigo, pariente o él mismo que le haya ocurrido un evento de este tipo. A grado tal que hasta nombre le han puesto: efecto polilla.
Los gobiernos municipales tienen que diseñar una estrategia que les permita eliminar la polilla. En consecuencia, cada uno de los niveles de gobierno tiene que asumir sus responsabilidades y cumplir con ellas.
Los ayuntamientos están obligados a utilizar los equivalentes de la lavanda o la naftalina para terminar con esta plaga incubada en el vientre de la sociedad tlaxcalteca que amenaza con terminar con lo que tanto se presume: un lugar seguro.