Jueves, abril 25, 2024

Las burlas hacia Miranda se convirtieron en halagos

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Durante su infancia y adolescencia Miranda fue discriminada por la sociedad, pero cuando trasformó su cuerpo a base de un tratamiento hormonal, el trato cambió. En la actualidad se asume como una mujer completamente feliz, porque las burlas se convirtieron en halagos.

Accede a la entrevista con La Jornada de Oriente. Aliña su larga y rubia cabellera. Es alta, pero las zapatillas aumentan mucho más su estatura.

La charla se realiza afuera de las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), donde ofreció una rueda de prensa. Es la segunda persona tlaxcalteca transexual en lograr el cambio de identidad de género legalmente, de hombre a mujer.

“Lo más difícil fue la traba que me pusieron en la Coordinación Estatal del Registro Civil (CERC). Si todo hubiese sido favorable desde el principio, no hubiera costado trabajo tramitar los demás documentos, como el pasaporte, por ejemplo”.

¡Pero una vez que salió a mi favor el amparo, para que se me reconociera en el acta de nacimiento como mujer, ya no tengo que esperar tanto!, exclama.

“No puedo decir que ahora me siento completamente una mujer por el simple hecho de ser Miranda, de tener legalmente el nombre. Lo he sido desde siempre, me he sentido mujer desde siempre”, responde.

Afirma: “El documento es como un complemento, no como cuando dicen, si tuviera esto, sería completamente feliz”.

Rememora la etapa de hace varios años, cuando –apunta- no era Miranda de tiempo completo.

Su tratamiento hormonal comenzó a los 16 años de edad, por lo que –subraya- más o menos a los 17 ya era Miranda.

Y fue cuando “todas esas burlas se convirtieron en  halagos; todas esas miradas de fuchi se transformaron en cosas buenas. El ser Miranda me ha abierto muchas puertas. Fue para bien en mi vida”.

-¿Quién es Miranda ahora?

-Es una persona muy feliz, exitosa. Mis dos trabajos me llenan mucho.

“Participo en un show de caracterización artística, es un hobby, donde aparte me pagan, eso está padrísimo. Muchos dudan si canto, pero solo es caracterización, no de imitación”.

-¿De qué artista te caracterizas?

-De eso no quisiera hablar porque no quiero que me relacionen con eso. También tengo un salón de belleza. Eso ha sido muy bueno.

“En mi mundo, por decir, en la comunidad (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual), soy como famosa, pues desde los 15 años me dedico al show y apenas estoy cosechando todas esas cosas”.

-¿Te admiran en tu comunidad?

-No sabría decir, porque como dicen, nadie es monedita de oro para caerle bien a todos, pero soy muy amable con la gente que se me acerca, porque yo he sufrido esos malos tratos, esas caras de fuchi e intento no hacer lo mismo.

-¿Ahora cómo te trata la sociedad?

-Somos una sociedad muy superficial, como te ven te tratan, entonces, no está bien que yo lo diga pero me tratan muy bien desde que soy Miranda”.

Ha dejado en el pasado los años que padeció discriminación.

-¿Están superados esos tiempos?

-Sí. Incluso a las personas que me hicieron daño en el principio, con sus burlas mal plan, ya las perdoné, porque soy una persona muy feliz; el odiar, pensar y estar con resentimiento todo el tiempo, es algo que no está dentro de mí.

“Hace  algún tiempo me acordaba y sentía animadversión, me la pasaba amargada. De un tiempo para acá lo recuerdo, lo platico y hasta me da risa porque digo, qué gente tan tonta”.

Concluye que ese tipo de actitudes es muestra de ignorancia. “Hay gente que no se da cuenta que puede tener un caso en su familia, ya sea sobrino, hijo, nieto, demás”.

Miranda ha sido respaldada por su familia, la cual le ha acompañado en todo el proceso, sobre todo su hermano.

Las miradas de fuchi se transformaron en cosas buenas: Miranda

“Para él -dice- yo fui su hermana desde el principio. A mi papá le costó más aceptarlo, pero ayudó mucho que para mi hermano yo fuera Miranda en cualquier momento, enfrente de quien fuera”.

-¿Tú elegiste el nombre de Miranda?

– Sí, porque muchas chicas que conozco buscan el nombre de una artista, más que nada, pero buscaba uno que fuera mío, que no se comparara. En el show (de caracterización) de Puebla y en el de Tlaxcala no había una con mi nombre; ahorita ya resultaron dos o tres.

Ha optado por no plantearse sueños o anhelos.

“Porque –asienta- sería pensar a futuro y amargarse la vida pensando en algo que quiere uno que pase y no pasa. Trato de improvisar cada día, para vivirlo tan feliz como quiero”.

Reafirma: No trato mal a las personas porque no sé si sea el último día que esté aquí, pero  no quisiera dejar una mala impresión. No me importa lo que diga la gente, pero es algo padre que digan, es buena onda.

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