Aunque parezca una afirmación poco lógica y faltando 14 meses para que concluya el actual sexenio, se puede sostener que Rafael Moreno Valle Rosas no está gobernando al estado de Puebla, ya que su administración se ve incapaz de resolver los conflictos políticos y sociales, no sabe cómo parar la violencia en los municipios del interior de la entidad, no atiende el crecimiento de la inseguridad y no logra tener presencia en la mayor parte de las regiones del estado.
Lo anterior no es una elucubración de este columnista o de los críticos habituales del gobernador, sino es la percepción de la opinión pública.
En una encuesta que La Jornada de Oriente levantó el pasado fin de semana entre la opinión pública de la capital, se arroja que 70 por ciento de la población opina que Moreno Valle no se ocupa de atender los problemas de ingobernabilidad en los municipios, en donde hay linchamientos y tomas de alcaldías.
Otra cifra contundente de ese estudio es que 48.7 por ciento de la población no duda en responsabilizar a Rafael Moreno Valle Rosas del linchamiento de dos encuestadores en Ajalpan –ocurrido el pasado 19 de octubre—, toda vez que trascendió que el gobierno del estado nunca prestó la ayuda necesaria para frenar a la turba que confundió con ladrones de niños a un par de hermanos que hacían preguntas para conocer el impacto de una marca de tortillas.
Y tampoco es solamente una percepción de la opinión pública de la capital y de los periodistas, sino que Puebla ya tocó la parte más sensible de algunos indicadores nacionales, como es el hecho de ser la segunda entidad en todo el país en donde más linchamientos se han cometido en tiempos recientes.
A lo anterior se tiene que sumar que Puebla está en el primer lugar de presos y perseguidos políticos, toda vez que más de 180 activistas han sido objeto de la represión morenovallista.
Llama la atención que mientras en Venezuela la oposición al gobierno chavista clama que en las cárceles de ese país hay entre 70 y 80 presos políticos, que son los líderes de organismos patronales y de agrupaciones ciudadanas contrarias al régimen, en Puebla la cifra de perseguido es más del doble que en esa nación sudamericana.
Por si fuera poco, Puebla está entre el cuarto y quinto lugar con más feminicidios, sin que las autoridades muestren la más mínima sensibilidad para buscar atender el problema.
La crisis de ingobernabilidad que intenta esconder el gobierno morenovallista se origina por varios factores, siendo tres los principales:
El gobierno de corte fascista que encabeza Moreno Valle Rosas, en donde no se hace política para solucionar conflictos y todo se reduce en perseguir a quienes mantienen posiciones críticas contra el Poder Ejecutivo.
En segundo lugar, el debilitamiento de la Secretaría General de Gobierno, la cual al inicio del sexenio tenía un papel protagónico en la conducción del Poder Ejecutivo, con Fernando Manzanilla Prieto al frente, quien intentó mantener vivo el proyecto de corte ciudadanos con el que Moreno Valle ganó la gubernatura en los comicios del año 2010.
Con la llegada de Luis Maldonado Venegas, la Secretaría General de Gobierno entró en un franco declive, ya que se dejó de atender a los alcaldes y los líderes sociales, además de que se redujo la presencia del personal de esa dependencia en la mayor parte de las regiones del estado.
Ahora al frente de la Secretaría General de Gobierno se encuentra Jorge Benito Cruz Bermúdez, quien es un burócrata gris que tiene fama de no conocer el estado, quiénes son los principales grupos sociales de la entidad, los conflictos que la aquejan y las dificultades que enfrenta la población.
Un tercer factor es que el gobierno morenovallista se ha orientado a dos prioridades: la construcción de obra pública y la operación de campañas electorales fuera del estado.
Por eso los linchamientos y la toma de las alcaldías, los enfrentamientos entre grupos religiosos o los problemas de carencia de agua en varias regiones, no hay quien los atienda,
Y eso se traduce en una realidad: Rafael Moreno Valle solo administra el erario, pero no gobierna al estado de Puebla.