Todos unos fregones se asumen los alcaldes de Tlaxcala, quienes con el inicio de diciembre emprendieron una lastimosa cantaleta para presumir sus presuntos logros, sin entender que sus gobernados, entre ellos sus propios trabajadores, se sienten muy fregados.
Amparados en la Ley Municipal del Estado de Tlaxcala, que establece la obligación del presidente municipal de presentar por escrito al ayuntamiento, a más tardar el tercer sábado de diciembre de cada año, un informe sobre la situación que guardan los diversos ramos de la administración pública municipal, han salido a presumir presuntos logros que en muchos de los casos hasta pena dan.
Por desgracia, no hay autoridad municipal que haga un verdadero ejercicio de autocrítica, en el que acepte, al menos para sí, que han quedado a deber; que le han incumplido a su gente y que lejos de que sus feudos vivan en crecimiento, padecen y sufren en un marcado y funesto retroceso a cambio, solo, de un grosero beneficio personal y familiar.
Es un hecho que en Comunas en donde se vivía en paz, las condiciones han cambiado: Huamantla, Tlaxco, Chiautempan, Tlaxcala, Nanacamilpa y Zacatelco, por mencionar solo algunas, viven su viacrucis en materia de seguridad, que auspiciado por una sospechosa complacencia de autoridad, terminan por fregar al pueblo.
Esa conducta patológica no distingue colores ni ideales partidistas; da parejo. Tan en es así que en algunos casos sus gobernados no ven para cuando terminen sus respectivas administraciones.
En cambio, los que ejercen el poder, engañan y mienten, lo mismo al pueblo que a sus propios subordinados. A todos les aseguran que viven en la transparencia, en el ejercicio pulcro de los recursos, en una excelente administración de las arcas, que no han mentido y mucho menos robado, cuando ellos mismos no se creen la cantaleta.
Ese discurso se verá más que desnudado esta semana, cuando muchas de las autoridades, que no han hecho un manejo adecuado de los recursos y que han abusado de los mismos, enfrenten problemas para cumplir con sus obligaciones patronales, propias del fin de año.
Para desgracia de trabajadores y sus familias, muchos se quedarán sin el pago de aguinaldo, prima vacacional y hasta sin el salario de diciembre, pues sus autoridades no son tan fregonas y solo están fregando al pueblo.