Tal como se adelantó en esta columna, el ombudsman poblano José Félix Cerezo Vélez ha dado “carpetazo” al caso Chalchihuapan, que es al acto emblemático de la represión morenovallista y que significa otorgarle absoluta impunidad a los temibles Facundo Rosas y Víctor Carrancá, quienes en sus papeles de secretario de Seguridad Pública y Procurador de Justicia, respectivamente, en 2014 encubrieron el asesinato del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, quien murió por un proyectil de la Policía Estatal. Frente a tal determinación, lo único que queda es pedir la desaparición de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Puebla (CDH) por ser un órgano inservible.
O lo que es más grave, la situación actual de la CDH es una copia fiel de la Comisión de Derechos Humanos que fungió durante el morenovallismo y fue cómplice del actuar de un gobierno que resultó ser el más represor e intolerante de las últimas cuatro décadas.
Es decir, hay un comportamiento similar entre el ombudsman cómplice del morenovallismo Adolfo López Badillo y el actual presidente de la CDH, José Félix Cerezo Vélez, quien ha llegado en la época posmorenovallista.
Para sustentar lo anterior es necesario hacer este comparativo:
López Badillo estuvo ocho años al frente de la CDH y durante todo ese tiempo fue ciego frente al caso Chalchihuapan, a múltiples abusos policiacos, a la larga lista de casi 400 presos y perseguidos políticos, al aumento de las desapariciones forzadas, los abusos del Poder Ejecutivo y el aumento de los feminicidios, a tal grado que frenó la alerta de género para Puebla.
Todo su desempeño se redujo a gastarse el presupuesto del organismo y nunca dar la cara la sociedad.
Cerezo Vélez lleva ocho meses al frente de la CDH y a lo largo de los últimos meses ha soslayado cinco temas fundamentales de violación de los derechos humanos en el estado de Puebla.
Su labor se ha concretado a solamente gastarse los fondos públicos del organismo. Es un cero a la izquierda o mejor dicho, un cero de la izquierda que gobierna a la entidad poblana.
Hasta la fecha periodistas, organizaciones defensoras de derechos humanos, agrupaciones no gubernamentales, funcionarios del Poder Ejecutivo y hasta el propio personal de la CDH, ignoran algo básico: no se sabe cómo es la voz, los ademanes, el carácter, el trato, la forma de pensar de José Félix Cerezo Vélez, porque no hace ningún posicionamiento, pronunciamiento, informe, declaración de prensa o saludo en el que aluda a los graves problemas de los derechos humanos que hay en el estado.
Es un ombudsman mudo e inoperante, olvidándose que el principal instrumento de un ombudsman es la publicidad de su trabajo, de las denuncias de violaciones a los derechos humanos y de la observación de la realidad.
Para sustentar lo anterior, sólo hay que repasar los temas en que la CDH ha guardado un silencio sepulcral:
Hace unas semanas, agentes de la Policía Estatal realizaron un paro de labores denunciando abusos y malos tratos de sus superiores. Algo grave para la seguridad pública en Puebla. En este tema, la CDH no asomó ni las narices.
Sobre el creciente problema de desaparecidos en la entidad, que cada vez genera más víctimas entre la población de mujeres adolescentes por parte de redes de tratantes de personas o por violencia de género, el ombudsman no ha dicho ni una palabra. Ni se vincula con las organizaciones que actúan en este terreno.
En este año los feminicidios han crecido 12 por ciento y al parecer, José Félix Cerezo no se ha enterado, porque la CDN no dice nada al respecto.
En torno a la brutalidad de muchos cuerpos de policías municipales y que Puebla tiene uno de los índices más altos de linchamientos, tal parece que no son temas de interés de la Comisión de Derechos Humanos.
Puebla está en el primer lugar de reos con Covid–19 y de muertes en los penales por coronavirus. Sin incluir que las cárceles poblanas tienen un grave problema de hacinamiento. Toda esta problemática, no preocupa a la CDH, pues no dice nada sobre tales circunstancias.
Y lo que es peor, la CDH y su presidente José Félix Cerezo Vélez no toca ni con un pétalo de una rosa la avalancha de abusos del morenovallismo.
Si estamos en tiempos de austeridad republicana, también deberíamos estar en época de limpieza y desechar lo que no sirve: como es la CDH de Puebla.