A Enrique González Rojo Arthur
Leal y discreta queda detrás
como la amante callada,
digna testigo de bilis y tartamudeos,
de cartas que no enviamos
y de verdades rotundas
transcritas, borrosas,
en una página arrugada
metida en los bolsillos,
sólo por si las dudas.
Sabe la goma que en el poema
como en la vida,
nuestros errores
son apenas virutas,
cenizas de un quemar las naves
para no abandonar el puerto.
Ricardo Antonio Landa Enero de 2009
Blog: https://elrojodelalengua.wordpress.com