Tehuacán. Entre aplausos, porras, lágrimas, reconocimientos, música y buenos recuerdos, fue sepultado en el panteón de esta ciudad el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, quien falleció el pasado martes, por un problema cardiaco. Los actos fúnebres se desarrollaron con un fuerte dispositivo de seguridad desde la capilla funeraria hasta el cementerio, lo que no impidió que finalmente personas y colaboradores de menor nivel llegaran hasta su tumba para darle el último adiós en náhuatl, aunque para ello tuvieron que esperar casi dos horas.
El primer acto público del gobernador sustituto, recién nombrado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, consistió en asistir al funeral y la inhumación de su antecesor, Miguel Barbosa Huerta. El nuevo mandatario llegó a la funeraria para dar el pésame a la familia de su antecesor e iniciar a pie el recorrido hacia la catedral donde, a las 11 de la mañana, el arzobispo de Puebla Víctor Sánchez Espinosa junto con el obispo diocesano de Tehuacán Gonzalo Alonso Calzada Guerrero, encabezó la misa de cuerpo presente.
En cuanto el féretro, llegó personal de seguridad del estado rodeó el ataúd y a la familia doliente, junto con los asistentes especiales para facilitar su acceso al templo, luego de lo cual cerraron las puertas dejando fuera a la prensa y a muchas personas que deseaban participar en las exequias.
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Don Sabino escuchó la eucaristía en la reja de la catedral, con lágrimas en los ojos resaltó que el recuerdo que le queda de Miguel Barbosa es que siempre fue un hombre trabajador y auténtico, nunca imitó a nadie y cumplió con su deber, por eso quiso ir a despedirse de él.
Adentro, el arzobispo manifestó que el gobernador terminó ya su misión en esta vida, al tiempo de destacar que la vida pasa tiempo, es como un soplo o un suspiro “y por muchos años que el señor nos conceda pasan pronto”, por lo que exhortó a los dolientes a mantener la fe”
La gente esperó paciente para luego unirse al cortejo fúnebre hacia el panteón municipal, “que chula es Puebla que linda” cantaba el mariachi mientras la carroza con el cuerpo del mandatario iniciaba su último recorrido por las calles de Tehuacán, que tantas veces caminó durante su infancia, su juventud, así como cuando ya se desempañaba como gobernador del estado.
Diputados locales y federales, secretarios de su gabinete, directores, delegados, líderes políticos de su partido, además de presidentes municipales de la región, se sumaron también caminando junto a la familia.
“Gobernador, gobernador”, “muy bien lo hiciste muy bien”, “Miguel Barbosa Huerta, presente”, fueron algunos de los gritos que se escucharon constantemente durante el trayecto. Muchas personas salieron a las puertas de sus viviendas o negocios para ver pasar el féretro y brindarle porras o aplausos.
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Al llegar al panteón, la carroza ingresó al interior, tras ella los familiares, el personal de seguridad intervino para impedir la entrada de la prensa lo que generó un connato de bronca, algunos medios lograron ingresar porque además muchos ciudadanos trataron de entrar por la fuerza, finalmente las puertas del cementerio fueron cerradas; cerca de las 2 de la tarde, fue sepultado.
El sepelio se hizo solo con la presencia de los más cercanos al mandatario; casi dos horas después comenzaron a abandonar el lugar; la familia y el gobernador sustituto lo hicieron en sus respectivas camionetas.
Fue entonces cuando algunos grupos de funcionarios menores, así como población en general que se esperó hasta ese momento, decidieron entrar para despedirse a su manera del gobernador. En náhuatl un hombre que dijo ser su pariente lejano le dedicó unas palabras.
“Aquí estamos, vengo de nuestra montaña, donde están tus tierras, yo pensaba que te iban a llevar para allá, a tu jardín, pero tu dijiste que aquí te quedaba, entonces adiós, que dios te reciba” le dijo en náhuatl, fue de las últimas personas en visitar la capilla en la que fue sepultado Miguel Barbosa.