Un total de 23 mil 285 árboles naturales de navidad están a la venta en Puebla, con lo cual se coloca en el cuarto lugar con mayor oferta de los 12 estados productores, de acuerdo a información de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
En todo el país hay disponibilidad de 529 mil 345 árboles, de los cuales 4.39 por ciento están sembrados sobre suelo poblano.
El Estado de México es el principal productor, con 385 mil árboles, seguido de la Ciudad de México, con 46 mil 200; y Veracruz, con 44 mil 400.
Después de Puebla están Michoacán, con 18 mil 700; Guanajuato, 6 mil 100; Querétaro, mil 700; Morelos, con mil 280 por separado; Jalisco, 750; Coahuila, 350; y Tamaulipas, 300.
En esta entidad, los principales municipios productores de árboles de navidad son Aquixtla, Chignahuapan, Ixtacamaxtitlán, Saltillo Lafragua, Tlahuapan, Tlatlauquitepec, Teziutlán, Xochiapulco, Zacatlán
La Conafor precisó que las especies que se plantan en México son de los géneros Pinus (pino), Pseudotsuga (abetos) y Abies (oyamel), es decir nativos de clima templado-frío, que se eligen por su belleza, color y aroma.
Asimismo, sostiene que en la venta de este tipo de árboles, no hay provenientes de la tala clandestina, ya que la figura pequeña, cónica y de follaje tan abundante, es el resultado del trabajo de las personas silvicultoras que los podan durante su crecimiento.
Es decir, es muy poco probable encontrar pinos con estas características dentro de los bosques naturales.
“Estos árboles provienen de plantaciones forestales comerciales, algunas de ellas apoyadas por la Conafor, otras por dependencias estatales y además están registradas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), por lo que su consumo es legal y fomenta una economía verde y justa para las zonas rurales”.
La Comisión Nacional Forestal sostiene que la producción tiene beneficios ambientales, como el hecho de que las plantaciones se establecen en terrenos sin cobertura forestal o que alguna vez fueron agropecuarios, contribuyen a proteger el suelo, capturar carbono, mejorar el paisaje y al final de la temporada se pueden reciclar para elaborar abono orgánico, sustrato para producir más árboles o para hacer artesanías con la madera.
Mientras que en las ventajas económicas puntualiza que se genera empleo permanente y mano de obra calificada en las comunidades forestales, se contribuye a reactivar la economía en las áreas rurales, son productos de alta aceptación en el mercado y ayudan a disminuir el déficit de la balanza comercial forestal al sustituir importaciones.