Hoy en día, propuso el investigador del Museo Nacional de las Intervenciones (MNI), Faustino Aquino Sánchez, la batalla del 5 de mayo es uno de los grandes mitos fundacionales ya que es “un acontecimiento extraordinario realizado por héroes liberales identificados con la nueva nación”.
Al participar en el chat en vivo Conmemoración de la batalla de Puebla que se transmitió la noche del 5 de mayo desde el Facebook del Consulado de México en Salt Lake City, en Utah, Estados Unidos, el historiador formado en la UNAM calificó que lo ocurrido en 1862 en los fuertes de Loreto y Guadalupe es “un gran mito nacional”.
En el fondo, dijo, los liberales lo convirtieron en un hecho extraordinario “cuando no lo fue tanto”, pues incluso el general Ignacio Zaragoza reconoció que la batalla de Puebla se ganó gracias a la torpeza del conde de Lorencez, quien había planeado una batalla campal contra sus adversarios.
“Cuando el 5 de mayo las fuerzas francesas llegan en la mañana a los fuertes se encuentran con una línea de batalla en el llano que está en el oriente, los reta a una batalla. Un día antes, en Amozoc, Lorencez dijo que quería tomar el fuerte de Guadalupe, un error craso porque cualquiera sabe que no debe intentar el asalto de una fortaleza en la cima porque es casi seguro que se va a perder”, expuso acompañado por la titular del MNI, Cecilia Genel.
El historiador formado en la UNAM relató que Lorencez estaba comprometido con poner en alto el rol de Francia y de sus tropas francesas famosas por su eficiencia en el asalto, mientras el ejército mexicano era “famoso por su ineptitud, falta de armamiento y entrenamiento”.
Así, prosiguió Aquino Sánchez, Lorencez hizo algo que va en contra de todas las reglas de la táctica militar, como el querer dar asalto al fuerte de Guadalupe, ubicado en la cima del cerro poblano.
En ese sentido, propuso que en torno a la batalla del 5 de mayo de 1962 existen cuatro mitos; el primero de ellos, “sería que fue un suceso milagroso dadas las condiciones, pues no peleo a la desventaja el ejército mexicano, sino que tuvo las ventajas tácticas”.
Enlistó que el segundo mito tiene que ver con que “se derrotó en Puebla al mejor ejército del mundo, algo que cierto, pero no con los seis mil hombres que venían, que eran poco menos que el dos por ciento de los 320 mil soldados que lo conformaban”.
Un tercer mito, continuó el investigador del MNI se relaciona con la importancia asignada a la batalla, como si hubiera sido decisiva cuando fue una victoria efímera, pues después del 5 de mayo siguieron cinco años y medio de sangrienta guerra para sacar a los franceses del territorio mexicano.
“Se celebra como definitiva, se piensa que la intervención francesa se reduce al 5 de mayo y se ignora lo que se tuvo que luchar en el país y los héroes de otras batallas”, consideró Faustino Aquino.
Dijo que otro mito se basa en que el 5 de mayo fue tomado como “un triunfo nacional” dejando de lado que la mitad de la clase política estaba a favor de los franceses y a la mayoría de la población en el país no le tenía preocupada la intervención.
“A mi modo de ver son cuatro mitos que sirvieron al partido liberal para identificar su causa con el concepto de nación mexicana, una idea con la que querían formar y dar base a sus criterios liberales y democráticos.
“Estos mitos tuvieron utilidad: la honestidad de Zaragoza a reconocer que se ganó por el error del enemigo fue desestimada por intelectuales como Guillermo Prieto, mientras que el partido liberal le sacó partido al triunfo que fue un golpe de suerte basado en que Lorencez fuera tan torpe como para dejarse llevar por informaciones falsas”, abonó el investigador.
Mencionó que el triunfo del 5 de mayo reivindicó el éxito de México en el primer mundo, un país “que era considerado de barbarie y de razas inferiores”, por lo que la batalla fue “un arma a los mexicanos para levantar la autoestima”.
De paso, concluyó, el 5 de mayo dio impulso a la causa liberal y republicana pues el pueblo de México que se había mostrado indiferente a la invasión comenzó a tomar partido contra la intervención francesa.
“Estimuló el odio popular hacia la intervención hasta consolidar sus principios liberales como el gran proyecto nacional, y desde entonces hay principios liberales, democráticos y republicanos”, cerró el historiador Faustino Aquino.