Viernes, abril 26, 2024

Rafael Lira es profesor distinguido

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“El educador físico va más allá de ser el maestro de la pelotita”, asienta Rafael Lira Soler, ganador del Premio Estatal del Deporte 2017 y cuarto lugar nacional como Profesor Distinguido.

El 20 de noviembre de este año fue galardonado por las autoridades de Tlaxcala en un acto que se llevó a cabo en Palacio de Gobierno.

Rafael obtuvo este reconocimiento derivado de su participación en el Concurso Nacional de la Sesión de Educación Física 2017, con sede en el estado de Hidalgo.

Luego de enfrentarse a otros profesionales en un foro pedagógico, logró la nominación de Profesor Distinguido 2017.

“Lo que hice –comparte– fue ser portavoz de lo que hacemos cotidianamente en nuestra labor de educación física, con actualización permanente, extensiones educativas que van más allá de nuestras escuelas; todo lo que hacemos por nuestros alumnos y va inmersa nuestra capacitación constante y actividades permanentes; el fortalecimiento cívico, recreativo, familiar, de inclusión con niños con capacidades diferentes y de manejo de todos los programas oficiales y proyectos escolares”.

A todo ello anexa sus conocimientos en artes marciales (Lima Lama) y otras que le ayudan a mejorar el desempeño de sus alumnos y el control de actitudes, además, usa la música, otra de sus pasiones, ya que es miembro de un grupo de salterios.

Orgulloso de su trabajo, precisa que estas acciones las aplica en la escuela primaria  “Gabriela Mistral” del municipio de Huamantla.

“Hago un impacto escolar que me permitió trascender de manera nacional al presentar todo esto al ser parte de los ocho estados finalistas. Tlaxcala figuró con potencias grandes del país en materia de educación física”, agrega.

Con emoción, expresa que este reconocimiento significa mucho en su vida profesional,  “porque –resalta– soy de los maestros evaluados del primer grupo a nivel nacional”.

Y –acentúa– este galardón estatal es la cereza en el pastel, porque me permite saber hacia dónde podemos llegar en lo que nos falta todavía por construir.

Rafael dedica este premio a otros maestros que en sus aulas y patios de escuelas ponen su mejor empeño en esta profesión.

Evoca las palabras de su padre fallecido recientemente: “Vas a ser un apóstol de la enseñanza, pero con el corazón, para construir”.

“Creo que es una oportunidad de demostrar que el educador físico va más allá de ser el maestro de la pelotita. Porque tenemos un sinfín de actividades, construimos saberes y además la alegría se ve manifestada en los niños en cada momento que comparten con nosotros”, realza.

Pero sostiene que el principal reconocimiento son sus alumnos y los comentarios que ellos vierten en pro de su labor, como primeros receptores de ésta.

Se jacta de heredar esta pasión por la docencia a su hija, quien es educadora de profesión, y a su hijo, licenciado en acondicionamiento físico, así como al menor de ellos, estudiante de la carrera de educación física.

Ante el descrédito hacia el magisterio, insta a quitar este estigma “que nos han dejado y demostrar que somos la flor naciente de todas las profesiones, pues no habría ni ingenieros, ni abogados, ni médicos, porque humildemente los maestros somos la base”.

Con 22 años de labor educativa, Rafael Lira aspira a seguir cosechando triunfos.

Recuerda sus inicios y comenta que en 1995 concluyó la carrera en el Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla. Fue catedrático en la escuela “Revolución Mexicana” de Tlaxcala durante cinco años, y de 2006 a la fecha lo es de la escuela “Gabriela Mistral”.

“Para mí –enfatiza– la docencia es lo mejor porque tenemos la oportunidad de actualizarnos y de todo ello compartir lo mejor de nosotros para desarrollar competencias en los alumnos, que no solo sea cuestión administrativa de una calificación numérica, sino que se vea impregnada toda una gama de competencias y que los alumnos convivan de mejor forma, desarrollando habilidades, desde la parte conceptual hasta la procedimental y de actitudes”.

Su proyecto es continuar con este trabajo y prepararse para participar en concursos nacionales, pues el más reciente es el cuarto en el compite. “En 2009 lo hice en uno que se llevó a cabo en Acapulco, Guerrero, frente a grupo de nivel primaria, y en otro de Chiapas, con gimnasia; uno más fue en el Estado de México en 2015”.

Pretende continuar con la categoría de educación especial y contender nuevamente en el concurso de Docente Distinguido, para después formar parte de los jueces “porque –revela– de cierta manera algunos cargan un poquito sus puntajes hacia sus competidores, creo que deben ser más equitativos”.

Por su experiencia en Hidalgo, señala que pudo haberse posicionado entre los primeros lugares y afirma que en ello coincidieron delegaciones de otras entidades, “pero bueno –añade– esa es historia que ya se escribió y vamos a trabajar a fin de ser integrante del cuerpo de jueces federales, para calificar con equidad, sin importar el estado del que se trate”.

Rafael exhorta a la juventud a continuar con sus ideales y a concretar metas. “Que no dejen de soñar, porque cada sueño los lleva a alcanzar un objetivo, en cualquier ámbito, el deportivo, el cultural y el educativo; en todos los momentos como familia, pero los padres deben apoyar a sus hijos, porque hay mucho potencial, lo que falta muchas veces son los recursos y los espacios que son importantes y pueden ser plataforma para el crecimiento personal insospechado”.

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