Viernes, abril 26, 2024

Los responsables

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Es demasiado pronto para descalificar a un gobierno que aún no entra en funciones. El voto por el cambio que sumó más de 53 millones de sufragios debe leerse a la luz de provocar un desplazamiento de los gobiernos priistas y panistas que tras años en el poder, ya sea como partido hegemónico, dominante y luego en un sistema de partidos competitivos con alternancia, hicieron del gobierno un festín de corrupción, ampliaron la brecha de desigualdad y no conformes privilegiaron sus interés políticos y económicos sobre la nación. Esos gobiernos son los responsables de la pobreza, la violencia, la pésima educación y el mediocre desempeño económico; de hecho, resulta grotesco y hasta caricaturesco que al presidente electo se le estén cargando las pulgas que se enquistaron en el plumaje de los gobiernos del PRI, del PAN y en su momento del PRD en la reciente época de decadencia.

Si recuperamos la memoria, pudiésemos comprender que el responsable del saqueo no es Andrés Manuel López Obrador, sino los gobiernos que le han antecedido, pedirle al presidente electo que ya dé resultados, es tanto como creer que los grandes problemas nacionales surgieron el 1 de julio, el mismo día que la mayoría de los mexicanos votó por la coalición Juntos Haremos Historia. Los problemas que están aquí, allá y acullá son estructurales y se deben en gran medida a la fallida conducción de los gobiernos que hicieron del servicio público su mejor botín, que al privilegiar sus intereses personales, de grupo, ya sean nacionales o extranjeros, terminaron por entregar al país y tenerlo en las actuales condiciones de deterioro, estancamiento y violencia. La reconstrucción se llevará tiempo y es insensato exigir a quien aún no porta la banda presidencial cuentas de su actuar, mientras que los responsables apuntan su dedo para señalar los yerros, abren la boca para despotricar y ocupan a sus emisarios en los medios para sembrar en el imaginario que AMLO no cumplirá con el sueño de la cuarta transformación.

En ese sentido, a quienes habría que estar juzgando, criticando y llevándolos a procesos penales son a aquellos que acumularon riquezas a costillas de muchos mexicanos que hoy no tienen recursos para solventar su alimentación, su vivienda, la educación de los hijos, la vestimenta o de quienes tienen que trabajar como negros para vivir como negros. Los responsables tienen nombres y apellidos, estuvieron muchos de ellos en los gabinetes priistas y panistas, en las cámaras de Diputados y de Senadores o fueron o son gobernadores de los estados o estuvieron en los gabinetes estatales, en los sindicatos charros, incluido el SNTE. Ellos fueron los que llevaron al país al despeñadero, que no conformes con tener nóminas exorbitantes endeudaron al país con préstamos nacionales o extranjeros condenando a esta y a las próximas generaciones.

Los verdaderos responsables acabaron con el presupuesto público y con el papel protagónico en el modelo de desarrollo del país que debe tener el gobierno, además terminaron por acabar con la inversión pública y con muchos de los activos que todo Estado debe contar para palanquear el desarrollo. Son esos gobiernos, desde Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón hasta el actual presidente, Enrique Peña Nieto, que en su afán de sumisión ante los organismos internacionales desmantelaran nuestra industria, el sector alimentario y entregaron al país al mejor postor de los mercados financieros internacionales. Fueron esos gobiernos los que favorecieron que la banca mexicana no tenga nada de mexicana y ellos llevaron a la educación a la reprobación colectiva, reprobados los alumnos, maestros, directivos. Fueron los mismos que no dotaron de suficientes recursos para la ciencia y la tecnología, generando una brecha tecnológica entre México y los países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), sólo por citar un referente.

Los responsables están en el caso de la Estafa Maestra y sus derivados, Rosario Robles, un ejemplo emblemático; también están en el caso Ayotzinapa, en la Casa Blanca o en la Casa de Malinalco o en los Duarte, sobra decir que las familias Fox, Salinas, Calderón y Peña hicieron lo propio para acumular complicidad a favor de enormes riquezas. De hecho, los responsables están en ese pasado reciente que muchos quieren olvidar, por eso debemos celebrar el fin de las pensiones enormes a los ex presidentes o de empezar a bajar las dietas de los diputados, senadores, magistrados o bien celebrar la llamada austeridad republicana.

Es de llamar la atención que haya voces que estén influenciando en los medios masivos de comunicación para sembrar en la mente de los mexicanos que el responsable del deterioro es el presidente electo. Estos grupos de interés promueven el desaliento y el desencanto de lo que será el nuevo gobierno y ante su escasa sustancia critican sin cuartel y olvidan que los responsables están comiendo, bebiendo, de nuestros impuestos que se robaron, ¿será que los detractores de la cuarta transformación también comían y bebían del erario? Los responsables son otros y no el también llamado “cabecita de algodón”.

Entre tanto, el grito en Tlaxcala pasó sin pena ni gloria, el gobierno nada tiene que celebrar y, por ende, sufrió otro desplante público. En cambio, hay quienes dieron un grito desesperado, no sólo los sismos hacen temblar. Confiemos en que esta semana no haya temblores, salvo… Ver para creer.

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