Viernes, abril 26, 2024

México y Argentina: de la rutina al caos

Destacamos

Es precioso escuchar a los expertos que pululan en la televisión hablar de los tropiezos y desazones del Tri cuando faltan más de cuatro años para el Mundial siguiente y ni siquiera cuenta con un director técnico de planta. Predominan las críticas, incluso severas, a Ferretti y los jugadores y, más soslayadas, a la dirigencia del futbol mexicano. Claro que nunca faltan ex jugadores o DT cesantes para quienes criticar es tabú, y por lo tanto emplean sus energías para defender lo indefendible. Pero en general, el llamado a cuentas de los más desparpajados censores de ahora suele moderarse en las cercanías de las eliminatorias  y competencias oficiales en conveniente preparación para la próxima “cargada”, orquestada por los publicronistas de la tele abierta para convencernos de que nuestro futbol está plagado de estrellas y el famoso quinto partido será, por fin, nuestro destino inevitable. Como se trata de vender publicidad a precios estratosféricos y el reparto del pastel alcanza para todos, la televisión nacional se convertirá nuevamente en reino de la fantasía y hasta el más moderado e incorruptible se siente tentado a revivir el mito de las “esperanzas verdes” y las “generaciones doradas” que tantas veces nos dejaron plantados a medio camino. Total, ahí están, para cargar con todas las culpas, las decisiones dudosas de los árbitros o el DT en turno, mucho mejor si es extranjero en tierra de lobos, como bien lo sabe y lo podría contar Juan Carlos Osorio.

En síntesis, que cualquier pretexto es bueno con tal de que los “dueños” salgan indemnes y los astros de segunda que pueblan las convocatorias se sigan dando pisto, tratados aquí como superdotados incomprendidos por los grandes clubes europeos, renuentes siempre a incorporarlos a sus carísimos planteles, una actitud contagiada a los equipos de medio pelo donde algunos de los nuestros cobran a cambio de figurar esporádicamente en las alineaciones. El periodo del elogio fácil y la hinchazón del globo de las ilusiones nacionales –grotesca copia del buen fin– se enriquecerá con la suelta borregos según los cuales tal o cual figura mexicana  “entra en los planes” del Barcelona, el PSG o el Manchester United. Y nunca falta quien se lo crea.

La realidad monda y lironda se reconfirmó en los estadios de Córdoba y Mendoza donde una Selección “B” de México –al relativo mando de Ricardo Ferretti– ofreció sendas y aburridas exhibiciones de impotencia para aproximarse con peligro a la portería de Argentina –también en versión “B”–, que no tuvo inconveniente en endosarnos un par de derrotas por 2–0 mientras nuestros “ases” anticipaban entre ambos su regreso a Europa, al contrario de los ches que juegan allá. Tanto que los anotadores del martes en Mendoza fueron Mauro Icardi, goleador del Inter de Milán, y Paulo Dybala, mediocampista del Juventus multicampeón del calcio. No está de más recordar que su entrenador de ocasión Leonel Scalloni es un interino en el banquillo albiceleste, igual que el Tuca. Igual pero distinto, en actitud y nivel de compromiso.

Como decíamos, el último ridículo del Tri y las situaciones descritas han dado jugoso material para la crítica. Mientras llegan Gerardo “El Tata” Martino y el próximo período premundialista, claro.

Brutalidad y caos. Los problemas del futbol argentino son distintos y nada tienen de envidiables. El escándalo que abortó el partido de vuelta por la final de la Libertadores pertenece al género de terror. Que la lapidación del autobús del Boca Juniors se adjudique oficialmente a “unos cuantos desadaptados”, y que la policía solo se haya hecho presente para rociar toneladas de gas lacrimógeno que a quienes más afectó fue a los jugadores atrapados en su propio transporte, con los vidrios rotos a pedradas incrustándose en la epidermis de varios futbolistas boquenses, denuncia algo mucho más serio y preocupante, triste reflejo de un país azotado por una severa descomposición económica, política y social. Y en medio del caos, la increíble torpeza, tanto de una administración pública desbordada como de la cúpula futbolística de la Conmebol, que quería que se jugara a  toda costa y suspendió y reprogramó el partido varias veces a lo largo de la tarde sabatina, provocando mayor nerviosismo y desconcierto en la gente, que llenaba el Monumental de River a toda su capacidad, mientras la directiva del club ordenaba cerrar las puertas del estadio, lo que pudo tener gravísimas consecuencias en caso de avalancha.

Ya noche, una vez decretada la suspensión del encuentro, las autoridades de Buenos Aires respondieron ordenando la clausura “preventiva” del inmueble, eufemismo para permitir que, previo pago de una multa, pudiera abrirse al día siguiente para que el malhadado partido se jugara, de acuerdo con la increíblemente irresponsable disposición de la Conmebol (y para colmo con la venia de Infantino, capo mayor de la FIFA, que andaba haciendo turismo por Buenos Aires). Naturalmente que tan inoportuna reposición no prosperó, y ahora nadie sabe cuándo se jugará el partido… si es que llega a jugarse.

Liguilla. Será, a partir de esta semana, la enésima de ellas, y quedó cerrada con los enfrentamientos siguientes: Cruz Azul (1)–Querétaro (8), América (2)–Toluca (7), Monterrey (3)–Santos (6) y Pumas (4)–Tigres (5). Favoritos –con las reservas del caso, pues no hay ninguno realmente sobresaliente– Cruz Azul, América (sobre todo luego de la mediocre imagen que dejaron ayer los choriceros en CU) y Tigres; Rayados y Guerreros, sin pronóstico.

De los equipos locales el Puebla terminó en la posición 12, con 20 puntos producto de cinco triunfos, cinco empates y siete derrotas, 23 goles anotados y 30 recibidos; y Lobos BUAP, tras su victoria de 2–0 sobre Toluca en el último encuentro de la temporada regular, ocupa el escalón 13 con un punto menos que la Franja, pues aunque también ganó cinco veces tuvo un empate menos (4) y una derrota más (8). En lo que están bien igualaditos es en la tabla del (postergado) descenso, pues ambos tienen 1.176. Lo único que por ahora los mantiene a salvo es la pésima temporada del Veracruz, que no pasó de 10 puntos en el actual Apertura y cuyo cociente apenas da para un raquítico 0.8824.

Ultimas

- Anuncios -
- Anuncios -