Como ejemplo del pensamiento de organización y trabajo colaborativo que rige a las comunidades de raíz indígena como lo es San Bernardino Tlaxcalancingo, desde hace nueve años se realiza la Xochipitzahuac o Fiesta de los Pueblos Indios, con la que se celebra la identidad de esta comunidad.
A realizarse el próximo domingo 13 de octubre a partir de las 9 horas, pues siempre se elige una fecha cercana al 12, día de la raza, con la intención de recordar que “los pueblos indios siguen aquí, caminando y recorriendo el mundo”, la Xochipitzahuac de este año reunirá a Huautla de Giménez Oaxaca con la danza de los Huehuentones, Huaquechula con la danza de las Topilas, San Isidro Buensuceso con los niños cantores en náhuatl, San Miguel Tzinacapan con la danza de los Migueles, Izúcar de Matamoros con el grupo Tierra Mestiza, el grupo de los moros y cristianos de la comunidad cede, la danza de los toreadores de Zautla, además de música azteca y de viento propia de Tlaxcalancingo.
Asimismo, destaca que este año tres diferentes pueblos, San Buenaventura Nealtican, San Francisco Tlacoalpan y San Sebastián Xacoalpan, además de Tlaxcalancingo, mostrarán su versión del Xochipetzahuac, el rito de casamiento que es dirigido por los huehuetones. No faltará la comida tradicional, que como base tiene la gama de productos silvestres y el maíz, así como la medicina tradicional.
Durante una entrevista, Bárbara Elías, Eufemia Cualla, Armando Coyotl y Esteban Coatl, miembros del Centro Cultural Tlaxcalanzin, señalaron que tras dos décadas de labor el Xochipitzahuac representa la culminación anual de sus esfuerzos por cohesionar a la comunidad en torno a la cultura.
“Para nosotros mismos este trabajo representó un reto: el quitarnos la pena, el tener conciencia de que somos parte de una comunidad en la que ya no podemos negar nuestro origen”, como señaló Esteban Coatl.
Para Eufemia Cualla, la fiesta del próximo domingo que se celebra en el cerro del Acahualtepetzin representa una oportunidad de mantener sus valores, los cuales siempre tienen la amenaza de perderse, pero que se demuestran en la ayuda mutua, lo mismo en las fiestas que en las enfermedades o los funerales.
“Nos quejamos del vandalismo de los jóvenes sin saber que son resultado de la falta de identidad, algo de lo que nosotros hemos sido responsables, por lo que fiestas como esta tratan de rescatar esos valores y a nosotros mismos”, como inquirió Cualla.
Recordaron que la fiesta se gestó a raíz de la expropiación de las tierras de San Bernardino Tlaxcalancingo con el pretexto de utilidad pública, que al día de hoy no han tenido más utilidad que la comercial, como lo es la actual zona de Angelópolis.
“El modelo económico que impera en todo el mundo, y del cual nosotros no estamos exentos, privilegia el mercado, por ende las autoridades y el gobierno se pelean por la tierra que para ellos representa un asunto económico, no un debate cultural como nosotros planteamos”, como señaló Esteban Coatl.
Como ejemplo, agregó Armando Coyotl, fueron las pasadas elecciones municipales, en donde los vecinos de comunidades como Tlaxcalancingo votaron por otras opciones diferentes a la actual –el partido Puebla Unida–, contrario a la postura de los habitantes de los fraccionamientos que mantuvieron su voto para el partido en el poder.
“Es claro que el gobierno, los pasados y el actual, no sabe del modo de vida de las poblaciones como la nuestra. Es un hecho que no hay ni habrá una manera de congeniar entre el pensamiento occidental individual y el nuestro, que es un conocimiento colectivo”.
Por último, Coyotl destacó que este año al Xochipitzahuac lo acompaña la frase “flor delgada, efímera conjunción de rostros y corazones en el breve instante en que rememoramos la raíz milenaria de nuestro origen”, ya que ese es el verdadero sentido de la palabra y el pensamiento indígena: “el saber que estamos un instante, y nada más”.