Hay la sospecha fundada, que varios de los ciudadanos que han presentado su intención de ser presidentes de México por la vía independiente no lograrán reunir el millón de firmas que se necesitan para estar en la boleta electoral, y es muy probable que los pocos que lo logren, su independencia sea una farsa, éstos últimos ocuparán sus vínculos partidistas de su pasado reciente para juntar firmas, pero de eso a que sean candidatos independientes que hayan surgido de un interés ciudadano genuino, carece de sustento, sus biografías demuestran que su vida política es partidista, salvo algunas excepciones, los independientes que aparecerán en la boleta han sido parte del sistema político mexicano, de él se han servido toda su vida política.
Hasta antes de cumplir el plazo para presentar su intención de ser candidatos independientes, se tenía un pre registro de 74 aspirantes, el INE precisará los datos, pero, aun así el número es basto y de éste se pueden generar algunas hipótesis que expliquen por qué hay tantos mexicanos y mexicanas que quieran ser presidentes de México, de hecho, el derecho a participar existe y no se les puede negar sus intenciones, sin embargo, es preciso apuntalar algunas posibles causas.
En primer lugar, las candidaturas independientes fueron inicialmente incluidas en el sistema electoral mexicano como una apertura del sistema para que los ciudadanos tuvieran posibilidades de acceder al poder sin que fuera a través de los partidos políticos, de hecho la idea se sustentaba en la democracia participativa, donde todos los interesados pudieran estar incluidos, de entrada la apertura fue un paso importante en el afán de democratizar al país, sin embargo, los criterios y requisitos desanimaron a los interesados pues aun con la apertura ésta era inequitativa con escasos incentivos para poder participar con éxito, no es casual que haya muy pocos casos de éxito electoral, sin recursos, sin estructuras ciudadanas el camino era un callejón sin salida para los genuinos ciudadanos.
En segundo lugar, también los candidaturas independientes se situaron en la discusión sobre el desempeño de los partidos políticos, la clase política y los gobiernos ineficientes e ineficaces, de hecho, esto generó en el colectivo la idea del hartazgo de los ciudadanos sobre los partidos; los malos manejos, la corrupción, las redes de complicidad, la impunidad y el despilfarro de recursos públicos fueron factores que permitieron que muchos ciudadanos optaran por no votar o algunos decidieran dar su batalla participando al menos en la intención de ser candidatos a puestos de elección, ya sea gubernaturas, presidencias municipales, diputados federales y locales hasta la búsqueda de la senaduría, precisamente el hartazgo tomó fuerza y es quizás el más ocupado en el discurso de los independientes, pues según estos sólo a través de la sociedad alejada de los partidos es la que pudiera dar un vuelco a la forma de administrar el poder público, sin embargo, en su mayoría, los que han logrado aparecer en las boletas electorales, ha tenido escasa votación, y su papel es marginal, salvo grandes excepciones han podido lograr el triunfo en las urnas, pero de eso a que sean factor de cambio dista mucho.
En tercer lugar, la apertura y reconocimiento de las candidatura independientes, ha sido ocupado por los profesionales de la política que casi en todas las ocasiones optan por esta vía cuando se les ha cerrado cualquier posibilidad de ser elegidos por sus partidos políticos, para cargos de gobernador o presidente municipal, o cuando no han tenido la influencia suficiente para lograr estar en la lista de mayoría o representación proporcional, ahí se encuentra por ejemplo Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, en su momento, y ahora se suman Margarita Zavala, Armando Ríos Piter, entre otros, candidatos que no tienen ni una pizca de independientes, sin embargo es posible que al menos “El Bronco” y la ex primera dama, logren juntar las firmas requeridas, pero éstas no serán producto de una ciudadanía que los respalde sino de las estructuras partidistas y de los gobiernos que comparten esos intereses, serán las estructuras las que les otorguen las firmas, estos dizque candidatos independientes además cuentan con los recursos suficientes para promover sus precampañas, y desde luego pasarán por encima de los otros ciudadanos, la maquinaria está aceitada para asegurar su registro y estar en la boleta.
De hecho, hay muchas intenciones, pero el propio diseño institucional será un filtro que pocos podrán pasar, desde luego que habrá que analizar por qué de repente hay tantos interesados y tan bajos perfiles, pero de entrada una posible explicación es que hay terceros interesados en dispersar el voto, al parecer el PRI de los corruptos sería un beneficiario, pero no necesariamente, la dispersión puede favorecer a Morena y por ende al tabasqueño si es que descubre que la participación de algunos independientes es auspiciada por el PRI y por el gobierno o porque ante la caída de Margarita Zavala y del Frente Ciudadano por México, los electores decidan sacar al PRI de Los Pinos votando por AMLO. En suma, la farsa de estos independientes no tiene ninguna posibilidad de lograr la presidencia o ¿usted daría su voto a un independiente que ya probó el fracaso de sus gobiernos, sea como gobernador o sea como primera dama? Entre tanto, lo imposible se hizo posible habrá más sorpresas, los legisladores priistas son según ellos procuradores de justicia, de pena ajena. Ver para creer.