Delincuencia se incrementará en 2018. Quedan desempleados 500 diputados y 128 senadores. Al dejar de percibir las dietas, los seguros de vida, de gastos médicos, de separación, la gratificación y el bono. ¿Y luego qué, a robar o qué?
El gasolinazo se ha convertido en una prueba de vida para todos los funcionarios públicos y representantes populares. Porque la “gente”, la “población” a la que representan y “sirven”, les ha pedido que se aprieten el cinturón.
Pero eso no se vale. Los únicos obligados a “apretarse el cinturón”. Como sucede desde la crisis del petróleo que se produce como consecuencia de la supuesta administración de la riqueza con López Portillo, es el pueblo. Y ellos no son pueblo.
La diputada federal por Sonora ha puesto el grito en el cielo. Cuando le preguntan si está dispuesta a disminuir sus dietas y bonos. Dice: “En mi caso salgo yo teniendo que poner de mi bolsa, poniendo, porque no nos alcanza, no nos alcanza…”
El presidente de la CNDH, al ser cuestionado sobre su bono anual, responde. “El salario que perciben los funcionarios de la CNDH y un servidor está dentro de los márgenes del presupuesto aprobado por el Congreso de la Unión”.
Pero el que se lleva las palmas es el senador poblano del Partido Acción Nacional (PAN), Javier Lozano Alarcón: “A mí esa demagogia de decir, con mucho gusto doy la mitad de mi salario; ¿y luego qué, a robar o qué?. Lo bueno que ya ligó chamba en el gobierno de Tony Gali.
Se imaginan que diputados y senadores se incorporen a un empleo decente, es decir, con seguridad social, ganando el promedio de lo que obtienen los tlaxcaltecas que es de dos salarios mínimos, equivalente a 69 mil 600 pesos anuales.
Comparado con el millón 800 mil pesos que recibieron en 2015 las senadoras. De ahí que sea un riesgo para el país, el que tantos políticos queden en el desempleo. Porque como asegura el senador Javier Lozano: ¿y luego qué, a robar o qué? Claro que la delincuencia se incrementará en 2018.