Viernes, abril 26, 2024

Un pie tras otro (crónica)

Destacamos

Al magisterio popular

 

 

Ajadas las plantas de sus pies,

 

tienen, quién lo dijera, la solidez de aquellos carruajes

 

con que algunos libertos lidiaron

 

a la bestia en turno del circo abotagado.

 

 

Hoy a paso cansado ocupan la metrópoli.

 

Ayer como hormiga unas se colaban en embajadas y medios,

 

otros sembraban piedras y fogatas para cortar las venas del mercado,

 

y si la policía pasaba, reponían las barricadas.

 

 

Pies contra la valla azul y que luego se repliegan y esperan.

 

Pies cobrizos, descalzos, de los caídos a plomo y goma.

 

Pies que andan aún dentro de presidios y ataúdes.

 

Pies, uno tras otro, por nosotros adelante, en la lucha avante.

 

 

Pies andariegos, de peregrinos ancestrales, de danzantes floridos,

 

migrantes de la casa a la escuela y de ahí, quién sabe cuándo,

 

a la casa para cucharear la letra en la sopa caliente,

 

descifrar la incógnita de lo que la olla retiene o la del álgebra de un beso.

 

 

Plantados entre nubes de gas, ante granaderos

 

y su cerco de drones, dientes y bombas pestilentes.

 

Pies que no les temen, más les apena la sumisión de quienes

 

golpean, disparan, ciegos y brutos, a los maestros de sus hijos.

 

 

Somos gente de comunidades en lucha–, afirma un maestro bilingüe.

 

Una maestra –con letra bien hecha– agita muy alta

 

la lección aprendida: La educación no se vende, se defiende,

 

un pie tras otro… van y vamos hasta la victoria… siempre.

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