La filóloga Ma. Ángeles Calero ha aseverado: “No se olvide que el pensamiento se modela gracias a la palabra, y que sólo existe lo que tiene nombre”. Esta frase puntual debe atenderse y entenderse en el marco del proceso electoral que ha iniciado; sobre todo cuando se vislumbra que Tlaxcala tendrá a su segunda gobernadora de la historia.
Las candidatas a la gubernatura, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, presidencias municipales, diputaciones locales y federales deben hacer un pacto sororal de facto con el propósito de vigilar e impulsar que los discursos y contenidos de todos los partidos políticos utilicen un lenguaje incluyente y no sexista, y, en consecuencia, tanto ellas como todos los candidatos lo utilicen, para que a partir del lenguaje se evite la discriminación, el sexismo y la violencia de género.
Un pacto sororal que ponga en el centro de las agendas y plataformas electorales los derechos de las mujeres y niñas de Tlaxcala; por ejemplo, comprometerse a fortalecer jurídica e institucionalmente al Instituto Estatal de la Mujer (IEM), pues desde 1999, es decir desde hace 22 años que fue creado, no se ha revisado ni actualizado su normatividad, por lo que opera mediante un decreto que es deficiente e ineficaz para atender en mejores condiciones presupuestales, de política pública y con personal especializado. Es de alta prioridad garantizar que el IEM funcione dentro del marco normativo armonizado, con un reglamento interno adecuado, que opere mediante dos consejos, uno consultivo y uno de gobierno; asimismo, garantizar que la designación de la titular se realice a través de una consulta a los consejos que lo integren mediante una terna con participación del Poder Legislativo y la sociedad civil.
Más allá de los discursos llenos de buenos propósitos, las precandidatas, especialmente a la gubernatura, es decir, Anabell Anabell Ávalos Zempoalteca, Lorena Cuéllar Cisneros y Viviana Barbosa Bonola, deben presentar propuestas que den seguimiento a los tratados internacionales y a las leyes pro–derechos de las mujeres, de lo contrario estarán desperdiciando la posibilidad de protagonizar la feminización de la política en Tlaxcala, la que permite inclusión, igualdad y desarrollo.