Gasoducto Morelos sería un peligro para la población, advierten Cenapred y UNAM

El Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) resolvieron que 23 kilómetros de ducto del proyecto Gasoducto Morelos quedará dentro de la zona de riesgo moderado, y 78 kilómetros en zona de riesgo menor del volcán Popocatépetl, por lo que determinaron improcedente su construcción, pues representa un peligro significativo para las comunidades que habitan la región de los volcanes.

Ante una posible erupción del volcán, las instituciones concluyeron, en un documento que puede ser consultado en la Secretaría del Medio Ambiente Federal (Semarnat), que debajo del área donde atravesará la tubería del gasoducto, podrían –ante una erupción– correr flujos de lava y piroclásticos, además de la caída de material volcánico y derrumbes.

Para llegar a tal resolutivo se analizó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y el Estudio de Riesgo Ambiental (ERA) que efectuaron la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Universidad Autónoma de Tamaulipas del proyecto del Gasoducto Morelos, que atravesará 10 municipios poblanos.

El oficio H00–DG/1091/2011, en poder de esta casa editorial, también revela que 107 kilómetros del gasoducto pasarían por zona de peligro moderado del volcán Popocatépetl, donde existe la posibilidad de la caída de material volcánico.

Al respecto, se precisa que el ducto estará expuesto a rocas con espesores de decenas de centímetros y hasta un metro, si la erupción es de gran magnitud.

Hay que recordar que la tubería de gas metano, que será capaz de transportar un flujo volumétrico de 337 millones de pies cúbicos diarios, estará enterrado a 70 centímetros y hasta un metro debajo de la superficie.

En lo que respecta a la zona de derrumbes gigantes del volcán, el ducto tendrá una trayectoria en dicha área de 57 kilómetros de longitud, ubicados en el flanco sur del Popocatépetl.

“Aunque este fenómeno es de los menos probables, en caso de ocurrir implicará la destrucción total del ducto en la zona”, precisa el párrafo.

En cuanto a la cercanía del Gasoducto con los flujos de lodo caliente (lahares), se concluye que el peligro mayor se presenta muy cerca del municipio de Atlixco, en una longitud de 34 kilómetros.

Dado que las cañadas son potencialmente conductos, se expone que se tendrán que tomar medidas especiales para el diseño y construcción de la tubería, pues los flujos de lodo son un fenómeno que se puede dar sin la necesidad de una actividad eruptiva.

Recomendaciones

Por lo expuesto, el Cenapred y la máxima casa de estudios del país recomendaron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) revisar el trazo del gasoducto, sobre todo en las zonas señaladas.

Además de que la paraestatal realice estudios más amplios y a detalle en las zonas críticas.

Para el diseño óptimo del gasoducto, sugirieron, se debe tomar en cuenta la actividad volcánica, la sismicidad regional, y la inestabilidad de los suelos donde atravesará.

De ser necesario, señalaron, se debe modificar el espesor de la tubería en cada segmento de la trayectoria, con base a la geología del terreno en las cercanías al coloso.

También se deberá cumplir con la normatividad aplicable, de manera específica con la NOM–007–SECRE–1999, la cual tiene diferentes criterios para el diseño del ducto.

Ante la posibilidad de una erupción del Popocatépetl además se debe considerar, en términos preventivos, que durante cualquier etapa de construcción u operación se cuente con las medidas necesarias para evitar que se ponga en peligro al personal que labora para el gasoducto y a las poblaciones cercanas.

Pese al resolutivo, que se dio a conocer hace unas semanas, Luis Carlos Hernández Ayala, director de Operación de la Comisión Federal de Electricidad confirmó que en este mes de enero la empresa española Elecnor S.A. comenzará la edificación del gasoducto de 160 kilómetros de longitud, que atravesará 24 municipios de los cuales 10 son poblanos, el cual podría quedar terminado para octubre.

La paraestatal aclaró que el retraso del comienzo de la obra se debe a que la firma española, responsable de pagar el derecho de vía de las 2 mil 61 propiedades que resultan afectadas por el paso del gasoducto, todavía está en el proceso de indemnización a los propietarios.

Información técnica

El proyecto STGNM–Gasoducto Morelos tendrá una vida útil de 25 años, y una inversión total de 333 millones de dólares. El costo final por cada kilómetro de ducto será de un millón de dólares.

La trayectoria del Sistema de Transporte de Gas Natural pasará por lo municipios de Hueyotlipan, Villa Mariano Matamoros, Panotla, Santa Ana Nopalucan, San Damián Texoloc, Santa Apolonia Teacalco, Tetlatlahuaca y Santa María Nativitas, en la entidad de Tlaxcala.

Luego centrará a la entidad poblana, continuando por las localidades de Huejotzingo, San Pedro Cholula, San Jerónimo Tecuanipan, San Gregorio Atzompa, Ocoyucan, Atlixco, Huaquechula, Atzitzihuacan, Acteopan y Cohuecan, siendo en el estado de Puebla su trayecto más largo.

Al final sólo atravesará cinco municipios de Morelos: Jantetelco, Temoac, Jonacatepec, Cuautla, y Yecapixtla.

Tan sólo a la primera etapa de construcción se destinarán 200 millones de dólares, para la adquisición de material y equipo. Las otras fases contarán con 100 millones de dólares para estudios, ingeniería y mano de obra; y 33.3 millones de dólares para pagos indirectos.

El documento, al que tuvo acceso La Jornada de Oriente, también revela que la tubería especializada de 30 pulgadas de diámetro atravesará las cuencas hidrológicas del río Atoyac, río Grande de Amacuzac y río Moctezumalos, además de los estudios de riesgo y modalidad, y su impacto ambiental. 

El mega proyecto del gasoducto estará a sólo siete kilómetros del Parque Nacional Xicotencatl; a 14 kilómetros del Parque Nacional La Malinche; a 27, del Corredor Biológico Chichinautzin; y a 31, del Parque Nacional Iztaccíhuatl–Popocatépetl.

La obra forma parte de la red de ductos que se desarrollará en el corto y mediano plazo, para atender el crecimiento del sector eléctrico en el centro del país, como lo avala el Plan Nacional de Desarrollo 2007–2012.