Tras uno y otro, idéntico saldo: la derrota. Y así como el esclavo no reemplazó al amo esclavista, el siervo tampoco lo hizo respecto del señor feudal. Si alguna vez llegó a ocurrir, los resultados son una evidencia contraria. En Sicilia y en zonas del sur itálico, los esclavos, alzados contra sus amos de Roma, llegaron a hacerse del Estado. Y ¿Qué pasó?...