Como un destello,
por un diminuto cernidor,
se han ido las horas
y con ellas nuestro abrazo.
El calor del día nos convierte
en árboles desnudos con ardillas
y pájaros en las ramas,
que cocinan, leen, hacen gimnasia,
bailan la rumba y lavan los sueños,
tallándolos para que nos brillen los cabellos.
Retoman su ritmo las...