Logo de La Jornada de Oriente
Cargando...

Bienvenidos arqueólogos, historiadores, antropólogos y arquitectos restauradores al INAH

Por: Anamaría Ashwell

2012-08-09 04:00:00

Porque parecían ausentes mientras políticos, administradores y directores degradaban y prostituían el mandato constitucional de la Institución y el patrimonio de la nación desaparecía o se manoseaba al contentillo de unos proyectos turísticos mercantilistas negociados por ellos. 

Si en estos últimos cinco años la dirección del INAH (como explican en el desplegado del 2 de agosto de 2012 dirigido “Al Pueblo de México” en periódicos nacionales) no resolvió problemas del Instituto, la actitud negligente y abusiva en el INAH es de largo aliento y más bien se ensañó con los bienes patrimoniales de la nación.

Doy y dí constancia de ello mirando desde la ventana de mi casa que se abre a las Cholulas cuando a partir del año 2000 redacté denuncias en estas mismas páginas periodísticas sobre las múltiples intervenciones destructoras del patrimonio cholulteca que la dirección regional y nacional del INAH permitió. En ese entonces aún estábamos a tiempo para salvar arte sacro del siglo XVII al XIX, arquitectura religiosa del siglo XVI al XIX, casonas coloniales inventariadas  por Dirk Bühler (1991); así como planear racional y urbanísticamente la protección del subsuelo arqueológico cholulteca desviando drenajes, por ejemplo, y ofreciendo alternativas menos agresivas al medio cultural y ambiental para resolver problemas de habitación moderna  desde la promoción de estrictas leyes de construcción en zonas históricas que no solo redundarían en salvaguardar el subsuelo arqueológico sino que asegurarían construcciones sustentables y seguras a sus moradores.

En ninguna de estas ocasiones el INAH regional y federal mostró disposición –ya no diré tuvo alguna intervención– para detener la destrucción patrimonial cholulteca aunque sí  negoció la destrucción al lado de funcionarios municipales y religiosos cuando algún beneficio mercantil estuvo de por medio. El resultado esta a la vista: iglesias saqueadas de artes sacros antiguos y modificadas arquitectónicamente con falsos portales coloniales (grafiteados algunos) y con atrios que son estacionamientos de coches. Sus interiores, además,  violentados con decorados arbitrarios ajenos a sus armonías estéticas y arquitectónicas centenarias. Hoy ni el turismo que se promueve hacia la “ciudad sagrada” se siente ya motivado para reconocer artísticamente aquellos famosos templos cholultecas que historiadores, poetas, escritores y viajeros comentaron y elogiaron antaño.

Los casos de destrucción patrimonial, ciertamente como resume el desplegado “Al Pueblo de México”, son muchos, graves y en todo el territorio nacional. ¿Cómo no incluir desde Cholula la destrucción de una zona habitacional del pos clásico indígena en el año 2009 (con entierros, estructuras palaciegas y piramidadas, con indicios de murales policromados…) sobre el cual pasaron un tramo de drenaje de aguas negras para resguardar los intereses de una gasolinera que  no permitía su desviación? Esa destrucción se hizo con la firma del director y el arqueólogo encargado de Cholula del INAH regional y mediante la prepotencia del Presidente Municipal de San Pedro Cholula. A todos les reclamamos su proceder, citándolos con nombres y apellidos y en denuncias periodísticas que no tuvieron consecuencia alguna. Eso ocurrió en la misma tradición de impunidad y arrogancia que demostraron, en el año 2005, cuando se pretendió alterar la traza mesoamericana de la ciudad y se taló un pequeño bosque centenario y unos inmensos árboles en zona histórica –que permitió a su vez el saqueó del subsuelo arqueológico.  Esa vez el góber precioso Mario Marín, su aliado en Cholula el presidente municipal Jiménez Concha y el delegado del INAH Puebla Víctor Hugo Valencia fueron también directamente e impunemente responsables. La ciudad, con sus constantes inundaciones y su degradada estética y deformada conciencia histórica vive hoy las consecuencias de esas y muchas otras destrucciones patrimoniales.

Los sucesos recientes en Puebla –me refiero al manoseo de la zona histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe; la construcción de un viaducto subterráneo (actualmente inundado) que María y Campos le autorizó(sobre suelo arqueológico colonial) para que el gobernador de Puebla pudiera despilfarrar recursos públicos y hacerse un autoelogio con las pasadas fiestas del 5 de mayo– son sólo otra muestra más de lo que por demasiado tiempo arqueólogos, antropólogos, historiadores y restauradores del INAH, por la ética de sus profesiones, nunca debieron permitir.

Por eso, cuando decidieron recientemente los investigadores del INAH tomar las instalaciones del Museo de Antropología en México DF y expusieron sus demandas,  todos los ciudadanos debemos celebrar en ello el inicio esperanzador de una toma de conciencia y una limpia institucional llevada por aquellos cuyas profesiones están atravesadas por el compromiso ético con la cultura, el arte y la historia mundial.

Así también de todas las demandas importantes que exponen, creo yo, la más urgente se refiere –en el apartado 12– a la exigencia que ningún coordinador nacional o director de arqueología, también regional, tenga facultades para realizar proyectos o programas sin el consenso de especialistas, incluyendo a especialistas residentes en las comunidades que serán afectadas.

Celebro a mis colegas del INAH con aquella esa frase emotiva de Javier Sicilia ¡Se tardaron!  Y me uno a ellos en la defensa de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos que es uno de los mayores logros conquistados en México y ejemplo para otras naciones.

 

Share
La Jornada
Nacional Michoacan
Aguascalientes Guerrero
San Luis Veracruz
Jalisco Morelos
Zacatecas  
Tematicas
Defraudados Izquierda
AMLO Precandidatos 2012
Servicios Generales
Publicidad
Contacto
© Derechos Reservados, 2013. Sierra Nevada Comunicaciones S.A. de C.V.