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Se agrava la lucha de clases en la zona Euro

Por: Arturo Huerta González

2012-10-23 04:00:00

 

Los problemas de la incapacidad de pago de la deuda en la zona Euro, continúan, a pesar de las políticas de austeridad fiscal y reducción de salarios instrumentadas en dichos países. La crisis del sistema bancario demanda mayores recursos financieros, para mantener sus niveles de capitalización y solvencia. Los recursos que le transfieren, se traducen en mayor deuda, lo que baja los grades de inversión de tales países, e incrementa la tasa de interés, lo que agrava más sus problemas. Los rescates bancarios vienen condicionados a mayores recortes fiscales, mayores despidos, mayor privatización de los servicios públicos, que lleva a la gente a las calles a protestar contra tales medidas.

Los problemas que están detrás de la deuda, y de la incapacidad de pago siguen sin ser atendidos. Prosiguen los déficit de comercio exterior, así como los bajos niveles de ingreso de las empresas, individuos, y de los gobiernos. Las políticas de austeridad fiscal, ahondan la baja productividad, los rezagos productivos, contraen el mercado interno, el empleo, y por lo tanto el ingreso de empresas e individuos, que redunda en menor captación tributaria por parte de los gobiernos, no pudiendo ninguno de ellos encarar el pago de sus deudas.

El euro es insostenible para la mayoría de tales países, ya que no lo pueden emitir, ni devaluar para financiarse, y para mejorar competitividad, y así por incrementar el mercado interno, como las exportaciones, para reducir el déficit de comercio exterior, y poder crecer e incrementar el empleo, como el ingreso de empresas, de individuos y del gobierno, para que puedan hacer frente a sus obligaciones financieras, y encarar así la inestabilidad y crisis bancaria. El sector financiero europeo se opone a que algunos países salgan de la zona Euro, ya que verían afectados sus intereses. Cabe recordar que el euro surgió como demanda del sector financiero de dicha zona, para tener una moneda dura, frente al dólar, de Estados Unidos, y el yen japonés, y para que actuara como moneda de curso legal internacional. Al dejar varios países el euro, éste se debilitaría, y afectaría al sector financiero de la zona Euro. Para mantener el euro, se instrumentan políticas fiscales restrictivas, así como reformas laborales de reducción de salarios y prestaciones a los trabajadores, y además están las políticas de privatización y extranjerización de activos públicos, que están frenando la actividad económica, aumentando el desempleo y deteriorando el nivel de vida de la población. Lo que actúa a favor de lo financiero, actúa en detrimento del sector productivo, y de los trabajadores, y no obstante ello, continúan las mismas políticas, lo que sigue recreando los problemas de insolvencia, que debilitan al sector bancario, pero sin embargo, éste se cobra con las garantías que posee de los deudores, centralizando más el capital a su favor, a costa de la descapitalización de los deudores.

La recesión económica se ha generalizado entre los países de la zona euro, lo cual está afectando al resto de la economía mundial, dada la interrelación de las economías que ha configurado el proceso de globalización.

Ante el deterioro de los niveles de vida de la mayoría de la población (que viene dándose desde la manifestación de la crisis), se han venido realizando grandes manifestaciones, tanto en Grecia, Portugal, España, en Italia, y en Inglaterra, contra la política de recortes al gasto público, los despidos masivos, tanto del sector público, como del sector privado, el cual se ha visto obligado a cerrar empresas, como a hacer reajustes de personal, ante la caída del mercado interno, como de sus exportaciones. Los sindicatos han programado una huelga general en la mayoría de los países de la zona Euro, para el 14 de noviembre, contra tales medidas.

Este fin de semana pasada se realizaron manifestaciones en varios países de la zona Euro. En Inglaterra, los manifestantes, además de protestar por los recortes del gasto público, también lo hicieron contra la reducción de impuestos a los sectores de altos ingresos, y el incremento de impuestos a las familias “ordinarias”. Ello ha sido una práctica seguida por varios gobiernos bajo el principio, de que al pagar menos impuestos los ricos van a incrementar la inversión, y así el empleo, y la dinámica económica. Sin embargo, ello no ha acontecido. Para que se retome la inversión y el crecimiento, tiene que haber aumento de demanda, para lo cual, el gobierno tiene que gastar más, generan más empleo, y aumentar salarios, para que las empresas vean incrementadas las ventas, y su ingresos, y así llevarlos a invertir, para generar empleo, y satisfacer la demanda generada, pero nada de ello acontece en esos países. Sus políticas solo llevan a hacer más ricos a los ricos, y a llevar a la pobreza a sectores medios de la población, sin que se resuelvan los problemas de deuda que se enfrentan, solo se exacerba la lucha de clases.

Los tomadores de decisiones se niegan a aceptar que las políticas económicas predominantes, han resultado un fracaso para salir de la crisis. No se puede seguir insistiendo en mantener una moneda, que por más que tratan de fortalecerla, se debilita. La fortaleza de una moneda, no la dan las políticas de austeridad fiscal, ni la reducción de salarios, sino la capacidad de producir bienes y servicios, de generar empleos bien remunerados, cosa que no se da en la mayoría de los países de la zona Euro, ni en nuestro país.

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