En Tlaxcala, hasta el momento, se encaminan seis mujeres para alcanzar la gubernatura del estado y, en paridad, se contenderá por todos los cargos de elección popular. Lo más significativo en este proceso electoral será la calidad de los perfiles de las candidatas.
El contexto es complejo y se encuentra atravesado por dos pandemias infames: la violencia contra las mujeres y la provocada por el Covid–19, por lo que las campañas políticas se deben generar poniendo al centro la creatividad, la empatía y el liderazgo de ideas y argumentos para salvaguardar la integridad física y mental de la ciudadanía.
Sí, en este momento las mujeres candidatas, todas, deben privilegiar el auto cuidado y el cuidado, ser congruentes y dar ejemplo de civilización ante un panorama que vislumbra un tercer rebrote de coronavirus, lo que complica la salud y eleva el número de muertes de personas queridas. La concentración masiva generada por la coalición Unidos por Tlaxcala en la toma de protesta de Anabell Ávalos Zempoalteca como candidata a la gubernatura, es para quien esto escribe, un desacierto no sólo reprochable sino hasta canallesco.
La política en femenino debe ir más allá de la fotografía del momento para “mostrar músculo”, nadie dudaría de la valía de la trayectoria de la candidata, con sus luces y sus sombras, ni tampoco del buen oficio de muchos de sus operadores y operadoras políticas, pero esta concentración masiva en estos momentos de incertidumbre resulta de alto riesgo para todas las personas que asistieron y sus familias.
Sí, este es el momento para dar ejemplo de civilización en los términos de la antropóloga feminista Margaret Mead, cuando comparte que para ella el primer signo de civilización en la humanidad era un fémur cicatrizado, pues este evento demostraba que desde nuestra humanidad no éramos desconocidos el uno, la una para el otro, la otra y que, existían instituciones de solidaridad que cuidaban también de los que habían tenido mala suerte o de los más débiles. Es innegable que elegir a las y los mejores para gobernar es prioridad, pero deben demostrar que las y los electores realmente les importamos, si nuestra integridad física se pone en riesgo, nuestro voto no podrá llegar a la urna.