En Tlaxcala, con María de los Ángeles Grant Munive se materializó el sueño de las mujeres zacatecanas que en 1824 escribieron al Congreso Constituyente manifestando su legítimo interés de participar en la toma de decisiones pública y se logró dar un paso fundamental tras las reformas constitucionales que en 1953 reconocieron el derecho de las mexicanas a votar y ser votadas, así como su ciudadanía plena.
En 1965, en la XLV Legislatura local tuvimos a la primera diputada. Ser la primera conlleva desafíos personales y profesionales importantes; reconocer a la primera también implica un encuentro con la historia y en este 2022 es pertinente volver los ojos y precisar que gracias a mujeres pioneras, como María de los Ángeles Grant Munive, Alma Inés Gracia Torres y Natalia Teniza Portillo, sólo por mencionar algunos nombres, seguimos pugnando por nuestro derecho a la igualdad y a la justicia.
Hoy, la conformación del Congreso de la Unión y los congresos locales es paritaria dado los avances logrados por el movimiento amplio feminista que ha revindicado los derechos político–electorales de las mexicanas. Nada ha sido graciosa concesión y por ello quienes ocupan un espacio de poder político y público deben mirar hacia atrás y valorar el legado de generaciones de mujeres que han allanado el camino y deben asumir su responsabilidad para seguir impulsando una agenda de derechos y lograr que las mujeres vivamos libres de violencia y discriminación en el presente y en el futuro.
Y sí, hace falta mucho más que estar numéricamente en los espacios de poder, hace falta mucho más que tener a una segunda gobernadora en el estado bajo el principio de paridad; hace falta mucho más que tener a diputadas y funcionarias si en el día a día las mujeres y niñas viven violentadas en sus hogares, escuelas y comunidad.
Hace falta mucho por hacer, no basta la realización de eventos, no basta con escuchar historias de activistas tan emblemáticas como Irinea Buendía si en lo local no se escucha a las víctimas y a sus familias; si se sigue regateando y negando el acceso a la justicia; si seguimos sin saber dónde están nuestras desaparecidas y si hoy las mujeres y niñas siguen siendo víctimas de trata y otras atrocidades.