Sábado, abril 27, 2024

El problema de consumo de agua es generado por empresas y agroindustria, remarca CFJG

Aunque toda la población redujera a tres minutos el tiempo en la regadera para bañarse o lo hiciera cada tercer día, el problema de consumo de agua no está en este uso sino en el de las grandes empresas y agroindustrias, señaló Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C.

En el foro “El Derecho Humano al Agua y la Gestión Comunitaria“, la también activista y defensora de derechos humanos abordó aspectos históricos sobre este recurso natural en la entidad y remarcó que a la Cuenca del alto Atoyac pertenecen 48 de los 60 municipios del estado, es decir más de 70 por ciento del territorio.

Refirió que la investigadora Paola Velasco Santos, en su libro “Ríos de Contradicción. Contaminación, ecología, política y sujetos rurales en Nativitas, Tlaxcala”, expone que en cuatro siglos la ciénega de este territorio “fue transformada de paisaje lacustre a agroindustrial”.

Apuntó que esa situación derivó de la forma en que se empezó a ver al agua, ya no como un bien social sino económico. Tan es así que al año 2017 en la Cuenca se ubicaban alrededor de nueve mil 68 empresas, en la zona de Tlaxcala, y 11 mil 334 en la de Puebla, de acuerdo a datos oficiales.

Subrayó que esta “gran transformación de alta intensidad” fue generada por la instalación de la industria moderna, a partir de los años sesenta del siglo pasado, “que, según Velasco, respondió a las políticas de descentralización industrial y desarrollo regional del país”, así como por la reubicación de empresas que operaban en la Ciudad de México.

Este proceso generó un trastocamiento ambiental “sumamente agresivo” hacia la población campesina en toda la Cuenca del Alto Atoyac, no solo por la extracción de agua sino por su contaminación, en medio de un discurso hegemónico que abandera al progreso y que se ha extendido hasta la actualidad, señaló.

Destacó el contraste entre la situación actual y lo mostrado por la investigadora Paola Velasco, pues hubo una época en la que había “una enorme existencia de agua” y las técnicas utilizadas por habitantes de esta región “permitían la obtención de dos o tres cosechas anuales, por ejemplo, de maíz, calabaza, chile, amaranto, chía y otros, para que toda la población pudiera consumir, teníamos autosuficiencia alimentaria”.

Pero con la llegada de los españoles -comentó- se establecieron nuevas formas de organización, a partir de las haciendas, y se introdujeron otros cultivos, como el trigo que necesitaba grandes cantidades de agua, lo cual implicó la ampliación y construcción de sistemas de irrigación que pudieran satisfacer las demandas de los hacendados.

Agregó que para “saciar estás necesidades se llevaron a cabo obras hidráulicas que contribuyeron al desarrollo y expansión de un nuevo tipo de agricultura en el sur de Tlaxcala; en la región de Nativitas se construyó un acueducto” solicitado por vecinos de esa región.

Abundó que otras investigaciones exponen que para ampliar la frontera agrícola se generó un proceso “de desecación (eliminación de humedad) de la ciénega de Tlaxcala” que culminó en el año 1970, también bajo un discurso de orden y progreso.

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