Evangélicos se sienten excluidos por Agüera y Gali por igual

Un profundo desconcierto invade a las principales comunidades evangélicas de Puebla ya que por primera vez, en por lo menos una década, no acaban de sentirse identificados con alguno de los candidatos a presidentes municipales de la ciudad de Puebla, ya que lo mismo han sufrido desaires del abanderado del PRI–PVEM, Enrique Agüera Ibáñez; que han sido ignorados por el aspirante de Puebla Unida, Antonio Gali Fayad.

Tal situación muestra que ambos candidatos y sus asesores ignoran que por encima de grupos políticos, gremios y organizaciones sociales, solamente las comunidades evangélicas son las que han podido garantizar de manera realista la generación de miles de votos a favor de ciertos candidatos a puestos de elección popular; y que desde los comicios que llevaron al poder a Enrique Doger Guerrero, siempre este sector ha acertado en apoyar a los aspirantes ganadores.

Ante el escenario que se anticipa de que la lucha por la alcaldía de Puebla se definirá por un margen cerrado de votos entre los dos principales candidatos, resulta un error mayúsculo que tanto Gali como Agüera  que estén ignorando el poder electoral de los evangélicos que en 2010 aportaron unos 100 mil votos al entonces candidato a gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y que el año pasado, fueran un factor decisivo para que el aspirante presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, ganara los comicios en la capital.

A lo largo de los dos últimos meses los líderes de las comunidades evangélicas se han topado de frente con actitudes hostiles o frívolas de los candidatos en cuestión.

La primera decepción la sufrieron con Enrique Agüera, el candidato de la coalición Cinco de Mayo. En febrero de este año, luego de analizar por varios días –en el domicilio del pastor Enrique Borja Galindo– a quienes eran los principales aspirantes a ser candidatos a la alcaldía, los líderes de las comunidades evangélicas decidieron sumarse al proyecto del ex rector de la Universidad Autónoma de Puebla.

Durante los primeros encuentros con Agüera le solicitaron que las comunidades evangélicas se vieran representadas en el ayuntamiento de la capital, y para ello le pidieron una candidatura a regidor y tres cargos –uno de ellos de director– en la estructura administrativa de la Comuna. Para ello le entregaron a los asesores del candidato una larga lista de líderes que podían ser tomados en cuenta para esas posiciones. Nunca se condicionó a que dichos espacios fueran para alguna persona en especial.

Sin que mediara una explicación o una justificación al final la comunidad evangélica quedó fuera de la planilla de regidores de Agüera, y nunca les volvieron a mencionar la posibilidades de darles cargos en el ayuntamiento. De poco sirvió que le hicieran saber al equipo del aspirante que en el actual cabildo de la capital hay una integrante de este culto religioso como parte de los acuerdos que hubo en 2010 para apoyar en ese entonces al candidato panista a edil Eduardo Rivera Pérez.

La segunda decepción que se llevaron las comunidades evangélicas, que tienen a Enrique Borja como uno de sus principales líderes, es que hace un par de semanas el candidato de la coalición PRI–PVEM se reunió con un grupo minoritario de cristianos encabezados por Manuel Guzmán. A ese encuentro acudieron falsos líderes religiosos, como es el caso de un personaje que se hace pasar por un obispo metodista y que no hace mucho fue expulsado de una importante institución educativa, sin contar que se anunció que habría 200 pastores y en realidad no llegaron más de 10.

Sin embargo, la mayor decepción se la han llevado con Antonio Gali Fayad, el candidato de la coalición PAN–PRD, Panal y Partido Compromiso por Puebla, ya que mediante engaños ha buscado sumar a la comunidad evangélica a su campaña electoral.

Hace unos días un importante ex dirigente sindical y un destacado líder evangélico fue conminado a conocer y dialogar con Antonio Gali, por lo que acudió a una cita programada con el candidato. Al llegar se percató de que se trataba de un acto masivo y fue sentado entre el resto de los invitados. Cuando empezó la reunión alguien nombró a las comunidades evangélicas y mencionó que estaban totalmente sumadas a la campaña del candidato panista.

Esa actitud causó tal malestar en ese líder cristiano que decidió retirarse, pues nunca ha habido el más mínimo encuentro con Gali o su equipo de campaña como para que se diga que los evangélicos están dispuestos a apoyarlo con votos.

Luego de que el ex dirigente sindical se retiró protestando del acto de Gali, no ha habido ningún intento de disculpa o de dialogo de parte del equipo del candidato Puebla Unida, lo cual muestra su falta de interés en construir alianzas con grupos ajenos al catolicismo o grupos conservadores del PAN o el PRI.

Ya con anterioridad los líderes evangélicos se habían mostrado alejados de Antonio Gali, puesto que el candidato de Puebla Unida está vinculado al obispo de la iglesia Maronita, George Saas Abiyunes, así como a grupos católicos del Yunque, lo cual le da una actitud de intolerancia hacia otras expresiones religiosas.

El comportamiento de Gali en las últimas semanas demuestra que lo suyo no es ser incluyente con grupos sociales que son diferentes a su forma de pensar. Si no, que le pregunten al alumno de la Universidad de las Américas que mandó a sacar a empujones por haber disentido con el aspirante de Puebla Unida.