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La estrategia electoral del PAN

Por: Jaime Ornelas Delgado

2012-02-16 04:00:00

No se necesita ser muy ducho en política para reconocer la estrategia electoral de Acción Nacional. Dicha estrategia se mueve en dos pistas; una, mediante el uso de encuestas a modo, donde se pretende eliminar de la contienda a Andrés Manuel López Obrador, insistiendo en que Josefina Vázquez Mota ya lo adelantó en la intención del voto ciudadano; la otra pista de la estrategia panista es hacernos creer que la elección presidencial será sólo entre dos candidatos: Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto. Esta parte se acompaña de la campaña de desprestigio del PRI –a la que muchos priistas contribuyen con singular empeño– y, entonces, construir el escenario de una elección entre los corruptos de siempre y quienes presumen de tener las “manos limpias.”

Con esto los panistas creen poder atraer el “voto útil”, el de aquellos que no quieren el regreso del PRI a Los Pinos sin ser panistas. A este sector, le van a plantear que votar por López Obrador es desperdiciar el voto ya que las encuestas lo eliminaron de la liza electoral. Tal vez no falte mucho tiempo para que aparezcan los “izquierdistas” que nos vengan a proponer evitar el retorno del PRI y nos digan que las alianzas electorales y los gobiernos de coalición con la derecha –donde se pueden obtener algunas “chambas” para toda la familia, aunque el país se hunda– sea el único camino para el país.

La estrategia panista sólo puede tener éxito si los ciudadanos y los protagonistas del cambio verdadero, creen en las encuestas mentirosas y pierdan el ánimo. Sin embargo, por lo que se puede ver el entusiasmo sigue firme y ya se ven brigadistas por distintos rumbos de la ciudad y el estado promoviendo el voto ciudadano para lograr el cambio verdadero. Lo cierto es que con esos militantes, las derechas van a sufrir y falta poco para ver al país encontrar, con el voto ciudadano, la vía de su emancipación.

Por supuesto, el entusiasmo no impide la preocupación, ¡no, que va! Se dice que laguerra sucia iniciada por el PAN–Gobierno aumentará su intensidad y es difícil saberlo, pero de seguir mostrará la catadura de las derechas panista y priísta, haciendo más claro que hoy, para México, el camino está a la izquierda.

 

No basta ser mujer

 

Nada permite suponer en las mujeres inteligencia y talentos inferiores a los de los hombres. Sugerir lo contrario, es insistir en los viejos prejuicios de las sociedades patriarcales, cuya superación ha costado muchas luchas y más esfuerzos tanto de mujeres como de hombres.

Tampoco se puede creer que las mujeres, por el sólo hecho de serlo, superen a los hombres en inteligencia y talento o en algunas actividades artísticas, profesionales o políticas. Eso sería una especie de “machismo al revés”, tan perverso como suponer menores de edad a la mujeres y considerarlas incapaces de tomar decisiones, incluidas las referidas a su cuerpo.

Por eso, aunque llaman la atención, no sorprenden las declaraciones de la señora Josefina Vázquez Mota quien en la euforia por haber obtenido la candidatura de su partido a la presidencia de la República (en una elección tan desairada, que apenas si voto 27 por ciento del padrón de miembros y adherentes del PAN, con lo cual sólo el 14.7 por ciento de los panistas la eligieron como su candidata), declarara así nada más, como una puntada: “las mujeres están demostrado que gobiernan mejor”.

¡Pues no! El arte de gobernar, como todas las actividades políticas y sociales, no es cuestión de sexo, sino de muchas otras cosas como la preparación, la experiencia, la capacidad y una visión de la sociedad que se quiere construir distinta, por tanto, a la que la señora quiere gobernar con el avieso propósito de que todo siga igual.

Mucho menos Vázquez Mota se puede comparar con Cristina Fernández o Dilma Rousseff, a quienes sus respectivos pueblos llevaron a la presidencia de Argentina y Brasil no por ser mujeres, sino por su programa de gobierno empeñado en construir otra sociedad distinta a la neoliberal, donde las matanzas no sean el pan de cada día, ni el desempleo, la pobreza y la desigualdad se conviertan en las características definitorias de nuestro país, como lo son ahora.

 

Todos son iguales

 

Los gobiernos neoliberales son todos iguales. En Grecia, el gobierno aprobó un paquete de ajuste que incluye reducir los salarios 22 por ciento; el despido de 15 mil empleados, sumados a los miles ya cesados y la reducción de recursos destinados a salarios, pensiones y empleos por 3 mil 300 millones de euros. Pero ese gobierno no es único. En México, el ingreso real de los trabajadores viene en caída libre desde 2008; en Puebla, van mil 600 trabajadores despedidos, sólo en la Secretaría de Salubridad, y a los trabajadores del gobierno estatal les han disminuido 5 por ciento su percepción mensual. Igualitos ¿o no?

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