Los voceros de la Inquisición en contra del condón

Nuevamente resuenan desde el más allá las voces de ultratumba, esos clamores del medioevo que resucitan y piden quemar libros, acallar las voces disidentes, quemar a las brujas y a los herejes, y por supuesto negar a los jóvenes el acceso a la información. Así se trate de asuntos de salud pública, y exigen cancelar la difusión de la campaña denominada “un condón es más confiable que el destino”.

¿Y cuales son sus argumentos? “...El condón no protege contra ITS (enfermedades de transmisión sexual), que se contagian piel con piel como virus del papiloma humano, piojos púbicos (sic), virus del herpes simple, sífilis y linfogranuloma venéreo, entre otras... El condón tiene un amplio porcentaje de deslizamiento y ruptura que va desde 12 hasta 35 por ciento... El inicio de la vida sexual activa a temprana edad aumenta el riesgo de padecer ITS y presentar embarazos no esperados”...

Y así sigue una sarta de sandeces y lugares comunes, porque el condón sí previene el contagio de la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual, y si acaso se desliza o se rompe ocasionalmente, aún así este porcentaje siempre será menor, mucho menor, a no utilizarlo y por supuesto que el comienzo de la vida sexual temprana, sin el uso del condón, puede provocar el contagio o los embarazos no deseados. Esas consecuencias, precisamente, son las que se intenta prevenir.

¿Y que sugieren, que exigen? Pues nada menos que la Secretaría de Salud (supongo que desde los púlpitos) promueva la abstinencia sexual, la fidelidad y la responsabilidad (sic). En vez del condón.

Ahora que si no le hacen caso, pues mala suerte. Para  ellos.

Como en la antigua Inquisición, estos modernos Torquemadas pretenden que sea el Estado el que asuma, difunda y promueva sus creencias y sus valores.

Ya Enrique Krauze, en La presidencia imperial, establecía: “extraña escritura la de México. La vida de todos los pueblos corresponde, hasta cierto punto, a un libreto; pero en muy pocos, quizá la historia pesa e influye tanto como en México. Tal vez el origen de esta fuerza de gravitación está en la antigüedad misma del país, o en el hecho de ser el lugar histórico de un encuentro –no sólo el choque– de una vertiente de la cultura occidental y un haz de culturas indígenas que no murieron del todo, que transformaron a la cultura conquistadora y se transformaron en el proceso. Nunca quedaría clara la herencia resultante; tal vez por eso los mexicanos de todas las épocas han vuelto incesantemente la mirada hacia el pasado”.

Y así, en esta segunda década del Siglo XXI, y a más de 30 años de que se iniciara la epidemia de Sida que todavía cobra las vidas de millones de seres humanos en el mundo y que ocasiona gastos millonarios en dólares a las economías de todos los países, pudimos leer la semana pasada, a plana completa, en muchos diarios del país, un desplegado firmado por más de 600 membretes que exigen que se suspenda la difusión de mensajes (patrocinados por la Secretaría de Salud) que intentan convencer a nuestros jóvenes de que el uso del condón es preferible a una adolescencia frustrada por un embarazo no deseado o al peligro de sufrir una enfermedad de transmisión sexual.

El condón es más seguro que el destino... se asegura en estos. 

La abstinencia sexual y la fidelidad son mejores, aseguran aquellos.

El condón es más seguro que un destino en el cual la explosión de las hormonas juveniles puede más, mucho más, que las neuronas. Si no puedes controlar tus hormonas, dice la Secretaría de Salud, por lo menos permite que tus neuronas se pongan en funcionamiento y que, por medio de un método preventivo eficaz se eviten las consecuencias desagradables e imprevistas.

Desagradables principalmente para aquellas mujeres que se ven obligadas a cambiar todos los planes de su vida por tener que cuidar a un hijo sin padre o sufrir las consecuencias de un aborto clandestino, porque ya muchos de estos mismos membretes, que únicamente encubren a grupos acríticos que repiten sin cesar dogmas religiosos misóginos y medievales, consiguieron que el PAN junto con el PRI, criminalizaran el aborto temprano en 18 estados de la República, y que pretenden impedir  que se promueva el uso del condón.

Pierre Dominique en su excelente obra La Inquisición establece cómo se han utilizado estos mismos mecanismos desde la época medieval, pretendiendo que las convicciones y los dogmas religiosos sean aplicados por el Estado, tal como ahora lo exigen los membretes abajo–firmantes del desplegado:

“En todas estas operaciones de limpieza de los espíritus, los dominicos representan un papel de primer plano. Y siempre –esto es esencial– laInquisición condena, pero no ejecuta. Apoyada por el brazo secular de los soberanos, la Inquisición les entrega a los condenados, pero los reyes mezclados, así en la gran empresa inquisitorial, se sirven de la Inquisición para las necesidades de su política, y así la Inquisición permite a Felipe “El Hermoso” acabar con los templarios y al rey inglés de la época acabar con Juana de Arco”.

Y aquí instiga y conduce al gobierno virreinal a asesinar a Miguel Hidalgo y colgar su cabeza en la Alhondiga de Granaditas. Y a muchos más.

Si no desean que los jóvenes utilicen el condón, que convenzan a sus hijos. Son sus convicciones personales, no las de todos los mexicanos, y mucho menos tratándose de un problema de salud pública.

Hoy, como si la historia no hubiera transcurrido, como si la revolución tecnológica no existiera, esta pequeña horda de ultraconservadores pretende que el gobierno mexicano deje de promover el uso del condón. Como si México no fuera parte integrante de la ONU y de la Organización Mundial de la Salud, la cual establece claramente “...que la prevención es el paso esencial en la lucha contra el Sida. Los condones son una parte esencial e integral de todos los programas preventivos y la promoción de su uso debe ser acelerada. Hace cinco años, en 2007, 2.7 millones de personas fueron infectadas con VIH. Cerca de 45 por ciento fueron jóvenes entre 15 y 24 años, con un riesgo mucho mayor para las mujeres...”

“...El condón masculino es la única y más eficiente tecnología existente para reducir la transmisión sexual del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual...”

Y lo más importante: “...Los condones son la llave, el componente principal, de todas las estrategias que los individuos pueden escoger para reducir los riesgos de la exposición a estas enfermedades.”

Todas las demás, como las sugeridas en el desplegado, se añaden y no sustituyen al uso del condón, pero éstas son, y serán siempre, decisiones personales.