2012-11-15 04:00:00
Ahí, como una nuez en la nuca,
o almendra apetitosa,
la amígdala secreta miedo
y sus estimulantes
son las penas que sin pan
se vuelven cáncer,
o hambre, meramente,
son la impunidad
con las que salpica su furia
el poder de saña uniformado,
son paladas de tierra revuelta
y billones de gotas de ríos
que colman de oro los arsenales,
son los actos de masas irresueltas,
inhibidas, indefensas, enseñadas
a borrarse los rasgos naturales,
son los atentados a vidrieras y cajeros
inventados para guerrear
hablas, escrituras y gritos que rompen los cristales,
son los abanderados de facto
golpeándose el hueco de sus pechos,
culposos consumidores de indulgencias,
son actos habituales que tiznan
e irritan con el humus
de los asesinos de andantes insepultos.
Aún así, la glándula se desestimula con alertas
y combates sin lamentos;
las piedras lanzadas al cielo oscurecido
harán que caigan las aves rapaces.
Caerán, caerán, las venceremos.
‘Blog: http://elrojodelalengua.wordpress.com
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