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Verrugas

Por: José Gabriel Ávila Rivera

2013-04-26 04:00:00

Todos las hemos visto, y aunque son muy comunes no dejan de causar desagrado y constituyen un problema que tiene tintes psicológicos que no pocas veces son de carácter grave, como en las escuelas donde los niños que las padecen, son objeto de burlas y hasta ataques o rechazos. Las verrugas se consideran verdaderos tumores benignos, producidos por una variedad de microbios que se llaman VPH por las siglas de Virus Papiloma Humano. Lo curioso es que aunque son temibles, son poco transmisibles en la piel; circunstancia curiosa, pues esta variedad de gérmenes son ubicuos; es decir, que se encuentran ampliamente difundidos en todos lados.

La razón de su nombre gira en torno a la capacidad que tienen de atacar la porción más baja de la epidermis, donde una especie de crestas llamadas “papilas”, que forman una capa basal (porque forma la base de la epidermis) le da el nombre de papiloma o atacante de las papilas dérmicas. Entonces es fácil deducir que en la medida en la que la piel no sufra lesiones profundas, aunque se tenga contacto directo con el virus, no se va a dar la infección.

Constituyen un problema que se ubica dentro de las 10 enfermedades más frecuentes que generan visitas en consultorios de dermatología. Ahora bien, si leemos en cualquier documento que se refiera a las verrugas como definición, encontraremos que la palabra proviene del latín verruca, que por ser tan típica, a lo largo del tiempo no ha tenido variaciones en su denominación. Se consideran excrecencias, palabra que también proviene del latín excrecentĭa, que es una protuberancia carnosa que altera la superficie y la textura natural, la mayoría de las veces tomando la forma de una coliflor. Los médicos podemos verlas en distintas manifestaciones que denominamos: planas, vulgares, plantares o acuminadas. Se han identificado más de 100 tipos distintos de virus que las provocan de los cuales, alrededor de 40 pueden ocasionar infecciones de transmisión sexual.

Entonces hay que diferenciar a los virus que afectan piel de aquellos que tienen una predilección por la región genital, perianal, la boca, la garganta e incluso partes más profundas del aparato respiratorio. Hablamos entonces de virus que van a atacar piel y otros que agredirán mucosas. Las verrugas que aparecen en genitales se denominan condilomas acuminados (del latín acuminātus, que significa terminado en punta) y se parecen mucho a las crestas de los gallos, por lo que también se les llega a denominar así precisamente, como “crestas”. Las verrugas genitales se han asociado con cáncer, específicamente las causadas por los tipos VPH–11 y VPH–16, que a diferencia de las variedades de virus que afectan piel éstas sí son bastante infectantes y contagiosas, provocando lesiones que denominamos neoplasias; es decir, alteraciones celulares pre–malignas, que en ginecología por las siglas de Neoplasia Intraepitelial Cervical se abrevia como NIC, existiendo grados de acuerdo con el riesgo de tener cáncer como NIC 1, 2 y 3, de las cuales, la NIC 3 ya se considera altamente probable de malignidad. Estos virus también pueden afectar las amígdalas, faringe, esófago, mamas, próstata, ovarios y uretra. Como el cáncer del cuello uterino ocupa una frecuencia alta en mujeres de países pobres produciendo alrededor de 500 mil muertes al año a nivel mundial, se considera un grave problema de salud pública, por lo que ahora se promueve la vacunación que solamente protege contra los VPH 6,11, 16 y 18 que causan hasta 90 por ciento de cáncer cervical.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por las siglas en inglés) ha planteado como cepas peligrosas en generar cáncer a las VPH 6, 11, 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 66. No es necesario estarse aprendiendo los números; sin embargo sí es importante vacunar a niñas y mujeres que estén comprendidas entre las edades de 11 y 26 años. El tratamiento gira en torno a la Crioterapia, o congelamiento a base de Nitrógeno líquido. Existen otras opciones pero ninguna es mejor. Aunque hay a la venta aplicadores caseros para quitarlas no son recomendables por la dificultad en calcular el grado de profundidad en la lesión a retirar y las infecciones secundarias, que suelen ser la complicación más frecuente. En este sentido es válida la cita latina Sunt remedia saepe deteriora, que significa: con frecuencia los remedios son peores que las enfermedades.

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