La cenadora del 7 de Mayo

El gobierno son los tres poderes

El exhorto de la cenadora al góber

Le sale el hígado por la computadora

Por qué será que en la cultura política de los tlaxcaltecas está la impronta de ver en la figura del Poder Ejecutivo a dios, al rey o al emperador… ¡o al padre!, y en ese sentido se reconoce a la persona que ocupa esas posiciones como dotado de fuerzas para resolver los problemas que aquejan al pueblo, pregunta el Margarito.

¿A qué debemos tan florido discurso?, le responde el Tránsito.

Es que los diputados locales, las diputadas federales y las senadoras de los partidos de la Revolución Democrática y de Acción Nacional insisten e insisten en que sea el gobernador el que resuelva los problemas que han logrado colarse a la agenda pública, como si el  gobierno –Estado– fuera sólo el Poder Ejecutivo y no el Legislativo, el Judicial y muchos más entes.

Estás lúcido, le dice el Jicoténcal al Margarito, ¿por qué crees que el gobernador no debe resolver los problemas, si ese es su trabajo, para eso fue electo y por eso se le paga?, le recrimina.

No digo que no haga su trabajo el góber, responde el Margarito, sino que lo hagan todos los que viven a costillas del pueblo, todos los que integran el poder público. En la arena política hay muchos luchadores y cada uno de ellos tiene parte de la cartelera, aunque algunos sólo sirven de bulto, otros se la pasan corriendo o nomás chismean y gritan.

Varios problemas fueron provocados por ellos

Ahí está el detalle, le señala el Tránsito, el problema es que varios de los problemas que se mantienen en la agenda pública son temas que fueron generados, provocados, permitidos y hasta promovidos por los propios diputados y senadores cuando eran gobierno y ahora transformados en oposición.

Ejemplos, ejemplos, ejemplos, demanda el Jicoténcal.

El Margarito enumera: los adultos mayores, los policías de seguridad pública, la trata de personas,  los notarios, Pensiones Civiles del estado…, que son los que se han mantenido más tiempo en el candelero, pero hay más: el Cobat, la Plaza del Bicentenario, ¿le sigo?

Tomemos uno de ellos y veamos que ocurre, propone el Tránsito: el asunto de Pensiones Civiles. El 18 de septiembre la cenadora del 7 de Mayo presenta un punto de acuerdo para excitar –perdón para exhortar– al gobernador del estado de Tlaxcala a que proceda “a solucionar el problema que enfrenta el Consejo Directivo de Pensiones Civiles de ese estado”.

Ahí está la bronca, destaca el Margarito, cualquier estudiante de primer semestre de ciencia política sabe que cualquier asunto público, primero es un tema, luego tiene que ser reconocido como problema y si lo hace es incluido en la agenda. Una vez adentro alguien tiene que tomar decisiones para lograr la solución de dicho problema.

¡Acuérdate que la cenadora no es politóloga sino educadora especial!, le responde el Jicoténcal.

Pero cualquier persona que tome un libro de información general sobre políticas públicas sabe que un problema debe conceptualizarse como “un  simple estado de dificultad”, “como un conjunto de condiciones no deseable”, “como una discrepancia entre lo que es y lo que debería ser”, o “como la  búsqueda de ideas para la solución”, le recuerda el Tránsito.

Destaca el Jicoténcal que cualquier acarreador de maletas de político priista antiguo sabe que quien define y como se define el problema tiene un gran peso en la solución y la toma de decisiones porque: “los problemas no existen sino que son construidos.” ¡Ellos lo saben porque  han construido la mayor parte de los problemas que tiene Tlaxcala!

El Tránsito invita a que lean los considerandos del punto de acuerdo. El primero destaca tres elementos: 1) “En los últimos meses se ha agudizado el problema que enfrenta Pensiones Civiles del Estado de Tlaxcala”. 2) Ha sido público el reconocimiento de las autoridades de la quiebra y 3) el gobierno y los trabajadores estén intentando crear propuestas y acuerdos.

No les parece absurdo, apunta el Margarito, que se le excite –perdón exhorte– al gobernador para que: “proceda en términos de ley a solucionar el actual problema”, cuando se ha reconocido que tanto peca el que  mata la vaca como el que le jala pata, y la quiebra es un proceso gestado desde 1987 aunque se haya hecho público en 2012. ¡Por esos años la cenadora se desempeñaba como presidente municipal y diputada local! ¡Nunca supo nada! 

En el segundo, supongando, la cenadora del 7 de Mayo apunta: “las quejas de los trabajadores de los cinco sindicatos estatales han ido en aumento porque las autoridades correspondientes no toman en cuenta sus propuestas y porque están en inminente riesgo de que se vulneren sus derechos laborales fundamentales. No sólo lo han manifestado públicamente, sino que además se han acercado a la suscrita…”

Tendrá la cenadora tendrá más peso que Elba Esther

Comencemos por el final, dice el Jicoténcal, “se han acercado a la suscrita”, ¿quienes se han acercado a la suscrita? La cenadora del 7 de Mayo tendrá más peso político que la maestra Elba Esther, lo dudo, así que el magisterio no se le ha acercado, eso sólo deja una posibilidad de acercamiento: los que no están sentados en las mesas de negociación.¡ El Sindicato 7 de Mayo!

¡Vamos por el tercero!, grita jubiloso el Jicoténcal: “los 8 mil 944 trabajadores en activo, los mil 328 pensionados y jubilados y los 260 pensionistas del gobierno del estado de Tlaxcala están siendo afectados en sus derechos laborales que son producto de una lucha incansable de muchos años, a los cuales de manera pública, el titular de dicho organismo de pensiones, se ha referido como “canonjías o prebendas, carentes de legitimidad”.

Sería un excelente ejercicio de congruencia, apunta el Margarito, que la cenadora de la República explicara el nombre que reciben las conquistas sindicales que se hacen en contubernio entre los representantes de los sindicatos y del gobierno para repartirse el patrimonio de una institución y no respetan lo establecido en la ley. Ahí le va un adelanto: ¡Complicidad! Lo que explica que todos se mantuvieran calladitos tanto tiempo.

El cuarto considerando es una joya, destaca el Tránsito: “debe señalarse que diversos acuerdos celebrados entre trabajadores y autoridades… pretenden ser incumplidos…  algunos fueron incluso suscritos por el actual gobernador de esa entidad federativa… (que) conoció, avaló y reconoció los acuerdos antes referidos, mismos que no pueden ser trastocados, limitados o restringidos injustificadamente”, apunta.

A la cenadora del 7 de Mayo se le sale el hígado por la computadora, apunta el Margarito, pero sobre todo muestra el espíritu priista, el de la sangre que corre por sus venas y que heredó de sus dos abuelos gobernadores PRIistas, espíritu que clama venganza y qué mejor que poniendo en evidencia que el gobernador fue uno de los cómplices en el asunto que hoy quiere ordenar. Será por eso que la excitación –perdón el exhorto– se turna a la Comisión de Salud y Seguridad Social.

Cualquier manualito dicta, según el Jicoténcal, que una vez que el problema público ha sido incorporado a la agenda procede la toma de decisiones y ésta pasa por tres momentos: la definición de objetivos, el planteamiento y el estudio de las alternativas.

Salvo que la  cenadora del 7 de Mayo comparta con March y Olsen (1976),  que cuando no hay claridad en el problema, ambigüedad en los propósitos y confusión en los actores, la solución es resultado de la pura casualidad.

Ahora habrá que esperar cuál es la posición de la cenadora en las propuestas de reforma laboral y contabilidad gubernamental, porque si los argumentos son como los que presenta en la excitación –perdón el exhorto–, como dice el Tránsito, vamos a estar bien lúcidos.

Posdata: Quienes hacemos La Jornada de Oriente nos solidarizamos con la familia Aztatzi, quien pierde a uno de sus integrantes: el padre Armando. El pueblo de Tlaxcala se viste de luto porque se va una de las personas más comprometidas con la encarnación del evangelio. Armando fue uno, si no es que el primero, que organizó a las comunidades eclesiales de base (CEB) en la entidad. Desde la CEB acompañó la lucha del pueblo en la búsqueda de la dignidad, la libertad y la equidad. La defensa de los derechos humanos en Tlaxcala no existiría sin el trabajo de Armando. Se no fue un hombre bueno.

Dice Boff (1986): “al término de la vida terrena, el hombre deja tras de sí un cadáver. Es como el capullo que ha hecho posible la salida radiante de la crisálida y de la mariposa que ya no se ve aherrojada por los límites estancos del capullo, sino abierta al amplio horizonte de toda la realidad. A la pregunta fundamental: ¿Qué será del hombre?, ¿qué podemos esperar?, la fe responde jubilosa: la vida eterna del hombre–cuerpo–espíritu en comunión íntima con dios, con los demás y con todo el cosmos. “Pasa ciertamente la figura de este mundo deformada por el pecado”, nos advierte el Vaticano II, “pero sabemos que dios nos prepara una morada nueva y una tierra nueva. En ella habita la justicia y su felicidad colmará y superará todos los anhelos de paz que brotan en los corazones de los hombres. Entonces, vencida la muerte, los hijos de dios resucitarán en Cristo... y toda la creación que dios hizo para el hombre será liberada de la servidumbre de la vanidad... el reino ya está presente, en misterio, aquí en la tierra… “En Cristo brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección. Y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos, señor, no termina, se transforma y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos un puesto eterno en el cielo”.