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Jueves, 13 de octubre de 2011
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 CUITLATLÁN 

El ombudsman corre a funcionarios por trivialidades

 
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

En la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del estado de Puebla se vive un clima de tensión, de miedo, como resultado de la actitud hostil que ha asumido el presidente del organismo, Adolfo López Badillo, quien –en los últimos 15 días– despidió al director de Comunicación Social y al responsable de la Biblioteca como resultado de ataques de histeria y trivialidades que rayan en lo absurdo.

Y es que estos despidos se suman a una lista de otros cuatro funcionarios, entre ellos el director de Quejas y el Primer Visitador de la CDH, quienes han salido del organismo cansados del acoso que ejerció en su contra López Badillo, quien exige cargas excesivas de trabajo, que en la mayoría de los casos no se pueden cumplir y que no aterrizan en proyectos concretos de la comisión.

Con lo que ha pasado en los últimos días, Adolfo López Badillo se perfila a emular a sus antecesores, Cándido Flores Muñoz y Jorge Ramón Morales, quienes destacaron por sus escándalos y conflictos laborales, por estar sometidos al Poder Ejecutivo, y su omisión en la defensa de los derechos humanos. 

López Badillo fue electo a finales de julio y desde entonces se la ha pasado escondido de los medios de comunicación y del contacto con organizaciones no gubernamentales, como resultado de no tener nada que informar y el miedo de no ser un actor incomodo del Poder Ejecutivo, actitud que vulnera la autonomía que se supone debería tener la CDH.

El despido de Héctor Pérez, quien hasta esta semana se desempeñaba como director de Comunicación Social, se inscribe en la actitud de sumisión de López Badillo al gobierno del estado.

Resulta que un reportero que cubre la fuente de la CDH solicitó un comparativo del número de quejas que ha recibido el organismo, de recomendaciones emitidas y autoridades que han sido más observadas en su violación a los derechos humanos entre los años 2010 y 2011. Al respecto, Héctor Pérez pidió los datos a la instancia administrativa correspondiente y le solicitó a López Badillo autorización para entregárselos al periodista.

La respuesta del ombudsman fue que solamente se diera la información de manera parcial para “que no nos peguen”. Su instrucción fue que no se informara de los números que la comisión tuvo en 2010. Por un error de la instancia que provee de esos datos, al periodista se le mandó las cifras de 2010 como si fueran las de 2011. La información en cuestión se publicó en el interior de un diario y no fue destacada por el mismo medio de comunicación. 

El error fue detectado de inmediato por Héctor Pérez, quien le comunicó del yerro a López Badillo y le indicó que la alternativa era mandar una fe de errata al diario que publicó la información, en la cual la CDH asumiría la responsabilidad del fallo. El ombudsman estuvo de acuerdo. De hecho los datos de 2010 y de 2011 tenían mucha similitud, por lo que era difícil detectar la equivocación.

Sin embargo un funcionario de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) se dio cuenta y eso habría motivado una llamada de atención a la CDH.

De manera repentina, Héctor Pérez fue citado por el director de quejas quien de forma escandalizada le dijo que había enojo en la PGJ y la Secretaría General de Gobierno por el error de los datos. Por tanto, le exigían que firmara su renuncia.

El director de Comunicación Social les respondió que el yerro no era tan grave, que había una alternativa de corrección y no era motivo de despido, toda vez que ha trabajado 16 años en la CDH, con lo últimos cuatro presidentes del organismo, y siempre se ha reconocido su correcto desempeño. De esa manera frenó el intento arbitrario de querer aparentar que había renunciado “por motivos personales”

Al otro día, cuando Héctor Pérez quiso hablar con el Primer Visitador de la CDH, la respuesta fue simple y autoritaria: “Usted ya está fuera de la comisión”. Es decir, lo rescindieron sin iniciarle un proceso formal para concluir la relación laboral y sin darle derecho de audiencia.

Dicho de otra manera, la comisión defensora de los derechos humanos violó los derechos de Héctor Pérez. 

Pérez pidió hablar con Adolfo López Badillo y éste se escondió, no quiso recibirlo. Frente a esta actitud, surge una pregunta: ¿Si un ombudsman no puede ver a la cara a un trabajador de la comisión, puede ser un buen defensor de los derechos humanos? Queda claro que no; esa es una tarea para alguien que tiene valor y compromiso, no para un personaje como López Badillo.

Lo ocurrido en otro caso de despido en la CDH es patético. Esta es la historia:

El pasado 30 de septiembre vino a la ciudad de Puebla el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia, quien era el antiguo jefe de López Badillo. Ante la visita, Adolfo López Badillo mandó a llamar a Álvaro Zambrano, el encargado de la biblioteca de la CDH, y le dio la orden de que fuera a la caseta de peaje de San Martín Texmelucan a esperar el vehículo del ombudsman nacional. 

Esa tarea en si ya era una arbitrariedad, toda vez que no es una función del encargado de la biblioteca ir a esperar un vehículo a una autopista como parte de la lisonjearía de Badillo hacia  Raúl Plascencia. Para la mala suerte del trabajador no pudo identificar el vehículo del ombudsman. ¿Cuál fue el resultado? Que el lunes siguiente fue despedido como resultado de un exabrupto del presidente de la CDH.

Antes de la salida de Héctor Pérez y Álvaro Zambrano, el presidente de la CDH generó la salida de Jorge Navarro, el director de Quejas, y de Tania Sabugal, jefa del área de Capacitación, a quienes les pedía información difícil de entregar y que nunca le dieron un uso efectivo en la comisión.

De igual manera renunciaron el Primer Visitador, José Adolfo Galeana, y Guadalupe Castillo, como consecuencia de que Adolfo López Badillo pidió su salida, toda vez que se sentía incomodo con ellos.

Esto que pasa en la CDH no es algo menor, ya que ante la presencia de un gobierno estatal con rasgos autoritarios es muy grave tener un ombudsman que convierte a la comisión en un organismo de ornato.

Ojalá que la misma firmeza, dureza, intransigencia y tenacidad que ha tenido Badillo contra trabajadores de la CDH la tuviera en contra de los excesos cometidos en algunos operativos del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado; contra los funcionarios que maltrataron a los habitantes de la colonia 20 de Noviembre; contra los servidores públicos que encarcelaron a cuatro defraudados de Sitma por cerrar una calle. Queda claro que eso no ocurrirá por ser un ombudsman sometido y sin vocación.

 
 
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