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Miércoles, 5 de mayol de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 MEDICINA E INVESTIGACIÓN  

Una vacuna contra el cáncer de próstata

 
RAFAEL H. PAGÁN SANTINI

 

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Uni-dos (FDA, por sus siglas en in-glés) acaba de aprobar una nue-va forma de tratamiento contra el cáncer de próstata. Esta terapia es un tipo de va-cuna llamada “inmunoterapia celular au-tóloga”; se produce retirando glóbulos blan-cos del paciente para exponerlos a una pro-teína de las células cancerosas de próstata y a una molécula estimulante. Posteriormen-te se inyecta la vacuna al paciente (en tres dosis durante un mes). El resultado es la es-timulación del sistema inmunológico contra las células cancerígenas del organismo.

A diferencia de las vacunas preventivas, como las del sarampión, que estimulan el sistema inmune para la producción de anticuerpos ayudando a proteger a la persona para que no contraiga la enfermedad, esta vacuna estimula al sistema in-mune de la persona con cáncer para que combata la enfermedad que ya está presente en el organismo. Esto lo hace utilizando células llamadas dendritas. Las cé-lulas dendríticas juegan un papel fundamental en la activación de otras células del sistema inmunológico. Cuando estas células, literalmente, se comen lo que es identificado como un cuerpo extraño (antígeno), lo procesan y llevan a sus membranas las porciones que harán que se active una respuesta inmune contra ellas. Por esta ra-zón se les conoce como células presentadoras de antígeno ya que, su función no se limita a destruir el antígeno, sino a estimu-lar una respuesta inmune a través de la pre-sentación de estas porciones antígenicas a otras células del sistema inmunológico.

Uno de los problemas que enfrenta el organismo cuando se va desarrollando un cáncer es que las células neoplásicas no son reconocidas como tales por el aparato inmunológico, sino sólo como portadoras de moléculas antigénicas, muy probablemente en sus membranas. Sin la identificación de estas partículas antigénicas, no hay respuesta inmune. La interacción con los antígenos dependerá de que los anticuerpos tengan libre acceso a las células neoplásicas y de que tales células posean los antígenos específicos adecuadamente expuestos en su superficie. Cuando los an-ticuerpos dirigidos en contra de antígenos tumorales presentes en la superficie de cé-lulas de neoplasias no circulan en la sangre, o se posee baja densidad de estos antígenos, el sistema inmune tienen poco o ningún efecto en la viabilidad o el crecimiento del tumor.

Los tratamientos más utilizados en el cáncer de próstata son la radioterapia y la cirugía. La radiación tiene el defecto que afecta tanto a las células cancerosas como a las normales. Hipotéticamente, las células normales se restaurarán por sí mismas, pero las cancerosas no, éstas deberán de morir. La prostatectomía es otra opción, sobre todo, esta puede ser la opción para una cura permanente. Las técnicas modernas, y un cirujano experto pueden salvar los efectos secundarios más incómodos de este tratamiento: la impotencia y la incontinencia urinaria. Cuando el cáncer de prós-tata se ha extendido más allá de la próstata, condición que no puede ser manejada a través del tratamiento quirúrgico, la terapia de privación de andrógenos surge co-mo un tratamiento efectivo. Este tipo de terapia, aunque logra un alivio temporero de los síntomas y un control del tumor, no previene las remisiones.

El cáncer de próstata es generalmente sensible a la deprivación androgénica. Más del 80 por ciento de los pacientes responden a esta forma de hormono–terapia. Sin embargo, luego de un intervalo variable (frecuentemente, varios años), la evolución hacia la forma hormono–refractaria (CPHR) es muy frecuente. Las opciones terapéuticas para esta última condición son limitadas. Sin embargo, ciertas características de este tipo de cáncer lo hace un mo-delo ideal para la inmunoterapia. En general, el promedio de sobrevida de una persona con prostatectomía y que mantiene los niveles de antígeno prostático específico (APE) en constante aumento es de aproximadamente 14 años, tiempo suficiente para obtener una buena respuesta con inmunoterapia. 

Comparado con otros cánceres, el de próstata es indolente y otorga tiempo suficiente para que se produzca una respuesta inmune, la cual por lo general toma semanas y hasta meses. Además, la respuesta inmune está dirigida por los antígenos aso-ciados al cáncer, lo que hace que sean las células del cáncer de próstata las que sean atacadas salvándose el tejido normal. De-bido a que el cáncer de próstata es una de las principales causa de muerte, ha sido es-tudiado con detenimiento y se han identificado una buena cantidad de antígenos asociados a él1. La identificación del antígeno es una condición indispensable para el tratamiento inmunológico. 

El manejo terapéutico del paciente on-cológico se ha enriquecido progresivamen-te con una nueva modalidad de tratamiento denominada inmunoterapia, que puede ser utilizada para complementar alguno de los tres tratamientos convencionales co-mo la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Este tipo de terapia se fundamenta en dirigir la respuesta inmune contra las células tumorales para lograr la reparación, estimulación o amplificación de los mecanismos inmunitarios involucrados en la detención del crecimiento y de la diseminación del tumor2. Las vacunas en cáncer son generalmente administradas después de la aparición de la enfermedad y en su administración se utilizan células completas atenuadas, paredes celulares o antígenos específicos con el objetivo de estimular al sistema inmune del paciente. En general pueden clasificarse en vacunas de células completas o preparados a partir de antígenos tumorales. Las primeras pueden dividirse en vacunas de células completas autólogas (inmunoterapia celular autóloga) que provienen del mismo individuo y en vacunas completas de células alogénicas que consisten en una combinación de células tumorales del mismo tipo histológico pero de diferentes pacientes3.

La empresa de biotecnología Dendreon Corp, productora de esta nuevo tratamiento llamó a la vacuna Proveng. La vacuna está constituida por células dendríticas de cada paciente, separadas y purificadas lue-go de leucoféresis, expuestas ex vivo a un antígeno experimental recombinante: una proteína de fusión entre la fosfatasa áci-da prostática (FAP) y el factor estimulante de colonias de granulocito–macrófago (GM–CSF)4. De acuerdo con las publicaciones, para obtener buenos resultados es necesaria la combinación de los diferentes componentes antes mencionados (células dendríticas autólogas, y proteína de fusión PAP/GM–CSF): ninguno de ellos por se-parado es útil en modelos preclínicos. En resumen, este tratamiento consiste en utilizar una vacuna producida con los propios componentes de las células cancerosas de la persona para así manipular inmunológicamente la respuesta inmune. Este tratamiento ha demostrado su efectividad terapéutica en cáncer de próstata hormono–refractario. Aunque el tratamiento es costoso, los resultados son prometedores.

1. Future Oncol. 2009 March; 5(2). 187–196

2. Abbas KA. Immunity to tumors. En: Abbas KA, Lichtman AH, Pober JS. Cellular and Molecular Immunology. Philadelphia: WB Saun-ders Company; 2000. p 384–403.

3 Nat Med 1998;4:525–31. (Pardoll DM. Can-cer vaccines).

4. Journal of Clinical Oncology (1/12/2000).

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