No es la primera vez que Víctor Trujillo, quien personifica a Brozo en la conducción de Foro televisión en su programa “El Mañanero”, hace alusión a los excesos del Gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. Ayer, no tuvo empacho en señalar, de manera contundente, que el mandatario fue puesto por Elba Esther Gordillo Morales y que tiene a Puebla confrontada y dividida.
En su acostumbrada editorial con que arranca, Brozo hizo añicos la sesión del Consejo Nacional del PAN, llamando niño de primaria a su líder Ricardo Anaya y niños de secundaria a sus correligionarios, entre los que por cierto se encontraban el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa y su esposa Margarita Zavala, quien acaparó la atención y aplauso de los asistentes. Ahí estuvo Martha Erika de Moreno Valle, esposa de quien aspira, sin méritos, a la candidatura por el blanquiazul a la Presidencia de la República. Se debe subrayar que Rafael nunca llegó al Consejo Político, a sabiendas de que iba a quedar en ridículo.
Ya en otras ocasiones, en la sección de los viernes denominada “Debatitlán”, donde participan Rafael Cardona, Beatriz Pagés, Ignacio Marván y Juan José Rodríguez Prats, éste último ha calificado de sátrapa a Moreno Valle, distinguiendo que, gracias a él, ha cundido la corrupción e impunidad en el Estado poblano.
El estilo irónico y mordaz de Brozo desnuda por nueva ocasión lo que es un escándalo nacional inocultable, dando paso a preguntar: ¿Por qué no se le ha investigado a Moreno Valle Rosas si hay evidencias de que tiene hipotecado el Estado que administra; acumulado odios por su estilo tiránico y soberbio de impartir justicia, encarcelando a todos los que se atrevan a disentir de sus órdenes; realizado obras ostentosas que únicamente han incrementado la deuda de 6 mil a 60 mil millones de pesos?
En Puebla hay división, no sólo política, sino que la riqueza se ha concentrado en pocas manos y existen 4 millones 400 mil habitantes en la entidad que viven entre pobreza y marginación. Uno de esos millones padece pobreza extrema. Esta inequidad genera enconos que no benefician en nada al país.
Si alguien piensa que Puebla es una isla en el contexto territorial político-económico, se equivoca; forma parte de la república y se tendría que ajustar a las normas federales y a la justicia que se aplica contra los excesos.
Más allá de la institucionalidad, el respeto a los Poderes y a la soberanía estatal, el Gobierno federal tiene la urgencia de sancionar con rigor los abusos, más cuando existen infinidad de denuncias por enriquecimiento de unos cuantos, empezando por el Gobernador; prevalecen los despojos y es alarmante la orfandad de certeza jurídica.
No hace falta, en casos como éste, la existencia de denuncias por escrito para emprender una investigación profunda que aclare lo que sucede en el Estado de Puebla. Bastaría que la Auditoría Superior de la Federación se ajustara a ejercitar su obligación de velar por la transparencia y legalidad en la aplicación de recursos y de donde han salido miles de millones para promocionar la imagen de Rafael Moreno Valle y de su delfín, el Alcalde Tony Gali Fayad, en el intento de conservar el poder, para llegar al fondo de la verdad: ¡El Gobierno de Puebla es un cochinero!