La directora del Instituto de Fauna Silvestre para el Estado de Tlaxcala (IFAST), Sonia Tepatzi Carranco señaló que los animales que habitan en el Zoológico del Altiplano se encuentran en buenas condiciones y denunció que la anterior administración los tenía en condiciones indignas. “Cuando llegamos, los animales estaban en condiciones deplorables; hoy cada uno tiene una dieta específica y un control sanitario estricto”.
Según Tepatzi, el zoológico fue recibido de la administración anterior –encabezada por Marco Mena Rodríguez–, “en un estado lamentable, sin registros, sin control y con prácticas que hoy serían impensables”. Al asumir el cargo, detectaron 222 especies sin procedencia legal identificada y animales en desnutrición severa.
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Uno de los casos más graves fue el de los leones. “Les daban 2.5 kilos de carne al día, cuando un león necesita mínimo siete. Era una tristeza. Hoy todos tienen su dieta balanceada, los tigres comen 8 kilos de carne diarios y los jaguares 4.5”, detalló la funcionaria durante una visita guiada a medios de comunicación este lunes.
El diagnóstico inicial del zoológico fue alarmante: recintos oxidados, carne almacenada sin refrigeración, animales sin documentación y una zona de felinos tratada “como rancho de reproducción”. “El supuesto santuario de leones blancos era en rancho de reproducción”, dijo en su oportunidad Ezequiel Moreno, jefe de departamento Ambiental y Recursos Faunísticos.
Además, muchos de los ejemplares habían sido trasladados de manera irregular. “Legalmente solo 20 animales tenían papeles; el resto eran ilegales, sin registro ante Profepa ni plan de manejo”, agregó Tepatzi. Hoy, aseguran, todos los animales están debidamente registrados y cuentan con chip o arete de identificación.
La nutrición se convirtió en el eje del cambio. “Nosotros hemos trabajado muchísimo en la cuestión de nutrición”, y señaló que el Zoológico cuenta con 600 animales en total, los cuales cuentan con el debido registro y atención: calculadas según peso, edad y estado de salud, explicó Tepatzi. Tres médicos veterinarios, un encargado ambiental y la directora supervisan cada proceso al interior.
El esfuerzo alimentario es diario. Cada semana se pican 610 kilos de carne de res, más 100 kilos de pollo y 40 de conejo. “Tenemos un control estricto: revisamos los riñones, la textura, el canal. Dos veces por semana se recibe producto fresco para que los animales coman en condiciones óptimas”, aseguró la funcionaria.
El presupuesto destinado a la alimentación asciende a 10 millones de pesos anuales, cantidad que se usa exclusivamente para garantizar que los 600 ejemplares cuenten con insumos durante todo el año. “Nada se improvisa. Cada kilo está presupuestado de enero a diciembre, porque aquí el bienestar empieza por el alimento”, subrayó Tepatzi.
Durante el recorrido también se destacó el rescate de 87 cocodrilos, de los cuales cinco permanecen en el Zoológico del Altiplano y el resto fueron distribuidos en distintos zoológicos del país. Todos fueron integrados bajo supervisión de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y en apego a su plan de manejo actualizado.
El manejo conductual también cambió. “Antes aplicaban refuerzo negativo; hoy usamos refuerzo positivo, premiamos el comportamiento natural y evitamos estrés”, explicó Moreno. Las jaulas fueron reforzadas, se cambiaron guillotinas y se implementaron protocolos de seguridad que han evitado escapes.
La directora aclaró que el Zoológico ya no se dedica a la reproducción indiscriminada. “Reproducir leones no es un logro, es un error. Hoy solo se reproducen especies con fines científicos o de conservación”, afirmó.
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El compromiso, añadió, va más allá del alimento y los cuidados. “El bienestar animal no es darles de comer y agua. Eso es obligación. El bienestar real implica entorno, manejo y nutrición adecuada. Eso es lo que hoy hacemos en el Zoológico del Altiplano”.
Finalmente, Tepatzi invitó a la sociedad y a los colectivos animalistas a conocer el trabajo de campo. “Lo que vieron no se hace en un día. Quisiéramos que vinieran, que pasaran una jornada con nosotros, que vean la cantidad de trabajo que implica limpiar, podar, preparar dietas y atender a los animales”.
El Zoológico del Altiplano presume reconocimiento internacional por su recuperación. “De ser el Zoológico más feo del país, ahora estamos en colaboración con centros de Taiwán, Paraguay, Brasil y Colombia”, concluyó Tepatzi Carranco.


