Jueves, abril 25, 2024

Voto electrónico

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¿El voto electrónico, el futuro nos alcanzó? En las próximas elecciones en Hidalgo y Coahuila se elegirán presidentes municipales y diputados locales. Durante la jornada electoral habrán de instalarse, a modo de prueba, urnas electrónicas, ocupando dispositivos que permitirán recoger el voto de los ciudadanos. Esta medida será implementada y supervisada por el INE. Ante ello nuevamente se ha generado un debate en dos pistas, el primero es que el voto electrónico se presenta como una oportunidad para incorporar al procesos electoral mexicano la tecnología de la información y el aprovechamiento del avance de las telecomunicaciones; por ende, representa la opción del futuro en la democracia electoral. El segundo es que este mecanismo no garantiza que el voto cuente y se cuente, y puede provocar problemas importantes en el conteo y en la certeza del resultado. El argumento central es que se puede caer el sistema o bien puede generar, aunque parezca extraño, una mayor ausencia de los electores a las urnas.

Sin embargo, la prueba marcará un precedente para las elecciones de 2021, la más grande en la historia de México, sobre todo si para el 6 de junio aún prevalece la pandemia en nuestro país y se tendrían que buscar opciones para llevar a cabo las elecciones.

El voto electrónico puede ser una opción, pero los datos muestran que este tipo de tecnología ha sido rechazada en varios países derivado de que los resultados no han sido los mejores, pues las urnas electrónicas han presentado graves problemas desde la conectividad, fallas en el software y sobre todo el hackeo de la plataforma, lo que ha incidido en la cancelación de la jornada electoral y la reposición del proceso. A pesar de que esta idea ya tiene años intentando consolidarse, sobre todo en los países con historia democrática, no ha podido ser una opción que se haya mantenido aun con los avances tecnológicos, ocurrió en Alemania, Holanda, Francia, Estados Unidos y Brasil, por citar algunos ejemplo, aun con ello el INE decidió que para la elección de Hidalgo y Coahuila se lleve a cabo el uso del voto electrónico a través de una votación dividida en el Consejo General de ese instituto y aunque la decisión fue impugnada, el TEPJF resolvió que no había impedimento legal para poder instalar las urnas electrónicas, dando visto. Así que la prueba está en marcha.

En el caso específico de Hidalgo se instalará 40 urnas electrónicas en cuatro municipios de los 84 en disputa, que representan el uno por ciento del total de casillas que estarán abiertas en la jornada electoral y para evitar que se caiga el sistema, el INE firmó un convenio con la Comisión Federal de Electricidad, misma que garantizará el suministro de energía. Por otro lado, se ha previsto la carga de batería para los dispositivos, de tal manera que no se apaguen y que puedan ser funcionales para recoger el voto ciudadano. El procedimiento implica que el elector tendrá en la pantalla los candidatos y partidos y al terminar de sufragar podrá imprimir la boleta que será depositada en la urna, de tal modo que hasta ahora parece que la autoridad electoral ha tomado las previsiones para que no haya sabotaje, ni que se ponga en riesgo el conteo y el resultado. En el caso de Coahuila se instalarán de cuatro a cinco urnas electrónicas por cada distrito de los 16 que serán disputados por mayoría relativa. Esta entidad ha sido de las pocas que desde hace tiempo ha intentado avanzar en este tipo de urnas y ha hecho pruebas en proceso escolares, elecciones gremiales, entre otras, nunca en proceso electorales.

No obstante, es muy probable que los candidatos y los partidos en disputa pongan en entredicho el uso del voto electrónico y sobre todo los resultados, aunque puedan ser marginales el número de votos emitidos por esta vía con respecto al total de la votación. Esta es o debería ser la mayor preocupación de la autoridad electoral. Sobra hacer un recuento de la desconfianza que priva en los procesos electorales, las reformas de 1977 a 2014 tienen como un eje articulador la desconfianza de los partidos a la autoridad electoral y muchas de las modificaciones a la ley giran en torno a garantizar elecciones libres. De hecho, los medios de impugnación y las instancias judiciales en materia electoral son producto de ese eje y si bien en un principio había razones de sobra para hacer cambios sustantivos, la idea del fraude siempre ha estado presente, a veces con argumentos legítimos como ocurrió en la elección de 2006, en otras ni al caso, pero con ese antecedente es muy probable que estemos en la antesala de un conflicto poselectoral derivado de la implementación del voto electrónico. Del resultado sabremos si México está preparado para que en lo sucesivo se realicen elecciones ocupando la tecnología en materia electoral o si será ave de paso, sin que genere un tipo de arraigo para elegir a nuestras autoridades.

Entre tanto, la disputa por la candidatura al gobierno del estado de Tlaxcala entra en fase intensiva, veremos si hay caras nuevas o serán las mismas que como sabemos han aportado muy poco al desarrollo de Tlaxcala. Parece que en Morena, Dulce Silva es el as bajo la manga. Ver para creer.

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