Urge revisar políticas de apoyo al campo tlaxcalteca. Muchas voces coinciden en advertir un posible desabasto de productos agropecuarios en las mesas de las familias de los centros urbanos. Lo que puede provocar una nueva crisis.
Uno de los mayores problemas del campo tlaxcalteca es que la población económicamente activa que se dedica a esta tarea ha envejecido. A los jóvenes no les interesa la tierra, salvo como mercancía que puedan vender, no para continuar con el legado de sus padres y abuelos.
En las últimas semanas, dirigentes de diversas organizaciones de campesinos han lanzado gritos de auxilio y advertencias, de que si el gobierno local no proporciona una mayor ayuda, se puede producir una crisis alimentaria.
Un grupo de héroes, poco reconocidos durante la pandemia, son los hombres y mujeres del campo. Los que no han dejado de trabajar para cultivar los productos que llegan hasta los mercados, los tianguis y los supermercados.
El minifundismo prevaleciente en el campo tlaxcalteca hace que la mayor parte del cultivo sea de temporal con una dependencia muy alta de las condiciones climáticas. Este año inició seco y después con granizadas.
A lo que se suma que una mayoría de los campesinos se encuentra dentro de uno de los grupos de mayor riesgo por la edad y algunas comorbilidades. Lo que determina que la pandemia produzca una crisis por sí misma.
Se advierte que la falta de apoyos en especie o entregados a destiempo hace que la producción esté en riesgo. Con la consiguiente escasez que puede transformarse en crisis alimentaria. Le ponen números, entre el 55 y 60 por ciento de la producción se ha perdido.