Una fuerte sacudida a través de una amable crítica. La realizada por el Subsecretario de Educación Superior a la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) en la presentación de los resultados de una encuesta. Bajo el título de “la comunidad universitaria ante el confinamiento social por Covid-19”.
Tres elementos destacan de la intervención de 34 minutos y 28 segundo del Subsecretario. Primero; qué hace la universidad frente a una realidad que se le presenta como “una herida abierta y flagelante”. Las condiciones socioeconómicas del entorno se manifiesta entre sus estudiantes.
Segundo; la falta de vida académica y comunitaria de los profesores y estudiantes. Que se refleja en la actividad del 90 por ciento de los integrantes de la comunidad universitaria.
Tercero; la incapacidad para reflexionar sobre el futuro y construir nuevas condiciones del proceso de aprendizaje. De un modelo que la pandemia puso en cuestionamiento.
La manera en que se sistematizan los datos influye en la percepción del subsecretario que no corresponde exactamente con la vida cotidiana de la universidad. Pero que se deriva de la forma en que son presentados los resultados de la encuesta.
La Comisión del Modelo Humanista Integrador Basada en Competencias (MHIC) deberá hacer una revisión metodológica de la encuesta. Porque algunos datos producen lecturas contradictorias de lo que ocurre en la vida comunitaria.
Además, se debe aceptar que el modelo educativo se encuentra cuestionado. “Por este sistema y con mucha mayor profundidad” ha sido rebasado y debe ser revisado. Pero, no solo por la comisión, sino por el conjunto de la comunidad para estimular aquello que el Subsecretario percibe que no existe: vida académica.
Una herida abierta y flagelante
El Subsecretario se pregunta si las autoridades universitarias de la UATx “tenían tanta conciencia… de esta condición del estudiante. Porque es una condición que no es solamente producto de la pandemia [sino] evidentemente de la situación familiar”
Los gráficos de la condición y de la situación económica de los estudiantes. “Son una herida abierta y flagelante” ya que determinan “una de las variables centrales para el entendimiento del conjunto”. Lo que demanda de la UATx una mayor respuesta. Desde hace tiempo le urge “mejorar las condiciones”.
Se hace énfasis que la condición de pobreza y vulnerabilidad de los estudiantes “empeoro con la pandemia”. Pero, es una realidad constante y permanente del contexto en que se desempeña la universidad. Sin embargo, su acción “no gira alrededor de esta variable central”, es más “no hay mucho sobre el tema”.
Refiere que derivado de la pandemia hay una multiplicidad de instituciones de educación superior que realizan un gran esfuerzo para desarrollar proyectos “de economía social y solidaria… [para] vincularse con la reanimación de la economía local”, pero en la UATx no hay nada.
Las acciones de extensión universitaria, de vinculación, de difusión, están centradas en la universidad. No en el fortalecimiento de las relaciones con el entorno. Sobre todo en las actividades asistenciales que realiza a través del eje de autorrealización. El impacto no va más allá de los informes de prácticas, servicio social o actividad integradora.
Lo académico no ocupa ningún lugar, nada
Hay una pregunta, que me hubiera gustado verla en gráficas y es la de la gestión del tiempo, señala el Subsecretario. “porque estaríamos hablando de un tiempo enorme fuera de la formación formal, pero estaríamos nosotros hablando de un reconocimiento de que en mi vida no todo es la academia”
Cuando le preguntan a los estudiantes y a los docentes ¿Cuánto tiempo le dedicas a lo académico? La respuesta “si la leemos en términos negativos, [es] de poca dedicación a la docencia”, pero lo mismo ocurre con los estudiantes, estamos hablando de que la mayoría de ellos son “de tiempo parcial, esto es el tiempo en aula estaría representando en buena medida el proceso central de estudio que sería visto así muy pobre”.
“Perdón por tirarlo así de fuerte, [pero eso significa que] perder los presencial frente a tan poca presencia de lo académico en términos de la percepción que tienen tanto docentes como estudiantes hace que sea mucho más frágil en términos de cultura el trasladarnos hacia [otros modelos educativos]”
“Porque si yo valorara que leer una novela puede redundar en mi formación académica y la reportara, en mi percepción estaría entendiendo que no solo se aprende cuando estoy en la universidad [pero eso solo significa] el uno por ciento, es decir lo académico no ocupa en [la percepción de docentes y estudiantes] nada, ningún lugar”
Ante un problema grave, cirugía menor
Ante un problema tan grave que experimenta la UATx como resultado de su trayectoria agudizada por la pandemia. La comisión del MHIC usa el modelo como una camisa de fuerza.
El Subsecretario lamenta que ante una realidad “tan fuerte” no se tenga una respuesta a la altura de las circunstancias. Ya que “los escenarios probables no me parecen tan fuertes como el planteamiento de la situación me parece de cirugía menor cuando estamos hablando de unos antecedentes que parten del planteamiento de un problema más grave, de una condición mucho más extrema”.
En “condiciones donde el uno por ciento solamente reporta dedicarse exclusivamente a la educación nos estaría dando una fuerte bronca para resolver una fuerte problemática, tendría que ir hacia otra visión, lo que está aquí detrás de esta visión que se está proponiendo, es en lo que ya estamos, y creo que en lo que ya estamos debería tener una fuerte sacudida”.
A revisión la sistematización de los datos
El comentario inicial del Subsecretario tiene que ver con la sistematización de los datos de la encuesta. En razón de que dan una percepción global pero no hacen la diferencia “del conjunto y de las partes”.
Uno de los señalamientos tiene que ver con la tipología de los programas educativos. Porque hay diferencias fundamentales entre los programas de tipo práctico (P) de los científicos-prácticos (CP), básicos (B), intermedios (I) y práctico-individualizado (PI).
Lo mismo ocurre con el personal académico. El tiempo de contratación define la relación con la vida universitaria. En esa lógica no es lo mismo un profesor de tiempo completo que uno de asignatura y menos entre uno definitivo y uno de honorarios.
Una cosa similar se registra en el tiempo de dedicación de los estudiantes. Se deja la impresión de que la mayoría son de tiempo parcial, cuando una parte importante se dedican solo a los estudios. Otro elemento diferenciador es el género. De una población total de 16 mil 515 estudiantes, 10 mil 356 son mujeres (62.70 por ciento) y 6 mil 159 hombres (37.29 por ciento). Urge revisar la sistematización y la interpretación de resultados.