Un perfil del profesor para el MHIC. A principios de enero se registran tres acciones en la UATx. La entrega de estímulos a la permanencia por habilitación académica, la convocatoria al programa de estímulos al desempeño del personal docente (ESDEPED) y la jornada de formación y actualización docente. Las tres ponen énfasis en la docencia, como si esa fuera la única tarea de quienes laboran como trabajadores académicos.
Para quienes se desempeñan como trabajadores en las Universidades e Instituciones de Educación Superior Autónomas por Ley y para la sociedad en general. Es común recordar que “el título o la categoría” con la que se identifica a esa persona varía de manera importante. Inicialmente se denominan “catedráticos” a quienes quitan parte de su tiempo a la actividad profesional para dedicarlo a la enseñanza.
La segunda denominación es la de “docente”. El Programa Nacional de Formación de Profesores refiere: “puede considerarse como instrumento de integración, transformación y superación de la docencia superior. Al cumplir sus objetivos contribuirá en la creación de condiciones mínimas de homogeneidad académica en todo el país e incrementará la comunicación del personal docente a nivel interinstitucional…”
El tercer nombre es el de “investigador”. Refiere Antonio Peña “El sistema Nacional de Investigadores en buena parte y en mi visión personal surgió de la necesidad de aumentar los salarios en la crisis de 1984 y la imposibilidad de ofrecer un aumento salarial a todo el mundo. El diseño del Sistema Nacional de Investigadores y sus mecanismos fue muy inteligente, como una oferta que no se podía rechazar: se ofrecía dinero a cambio de presentar tus papeles, y lo peor que le podía a uno suceder era que lo rechazaran y se quedara como estaba”. (Foro Consultivo, 2005, p.25)
Profesor-investigador, el cuarto título
En 1996, como parte de la integración del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. La ANUIES presenta el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) al reconocer que “los profesores son los actores principales del proceso de enseñanza-aprendizaje. En la enseñanza superior los profesores constituyen el elemento humano permanente y tienen la función, además de atender directamente el servicio sustantivo que demandan los estudiantes, de darle orientación académica a las instituciones”.
El PROMEP se plantea como objetivos: “1) Mejorar el nivel de habilitación del personal académico de tiempo completo en activo de las instituciones públicas de educación superior (vertiente individual). 2) Fomentar el desarrollo y consolidación de los cuerpos académicos adscritos a las dependencias de educación superior de esas instituciones (vertiente colectiva) y con ello sustentar la mejor formación de los estudiantes en el sistema público de educación superior”.
En la vertiente individual, se busca construir la figura del profesor-investigador de tiempo completo en la que descansen las actividades o funciones sustantivas de la universidad o institución de educación superior. De forma similar a los Estados Unidos y la Comunidad Europea.
El profesor debe transmitir el conocimiento y proporcionar atención individual o en grupo a los estudiantes, para coadyuvar a su mejor desempeño (docencia y tutoría). La generación del conocimiento o aplicación innovadora de éste (investigación). El buen funcionamiento del departamento, división o entidad de su adscripción, según el organigrama de la institución (gestión académica), y la difusión de las actividades universitarias.
Lo que determina que en el año 2000 se establezca una regla de distribución de la carga horaria de los profesores de tiempo completo (40 horas): Docencia 10/horas, Investigación 20 horas, tutoría (5 horas) y Gestión (5 horas). Lo que determina que algunos trabajadores académicos que se reconocen como investigadores rechacen las tareas de tutoría y sobre todo las de gestión.
Pero todo viene en paquete. De hecho, las plantilla 1 (base) y plantilla 2 (Prodep) del personal académico utiliza la nomenclatura PI (Profesor-Investigador) en la identificación de todas las plazas con excepción de los profesores de hora clase.
La formación docente
La Secretaria Académica crea un departamento para la profesionalización de la docencia y realiza de forma semestral jornadas de “formación y actualización docente”. De primera intención rompe con el modelo de referencia que se utiliza para la entrega de estímulos para la permanencia y el desempeño.
El responsable de ambos programas, al intervenir en la entrega de los estímulos a la permanencia, enumera los criterios en que se basa para clasificar a los académicos y determinar el monto del estímulo. Estos, en general, se relacionan con las tareas de docencia, investigación, y pone énfasis en los grados académicos.
El artículo 8 del reglamento del ESDEPED, anota” La ubicación del profesor será determinada en primera instancia por el puntaje obtenido en calidad y en segundo término por el puntaje total de calidad, dedicación y permanencia”. El puntaje de calidad se organiza en cuatro rubros: Docencia (225 puntos), Tutelaje (225 punto), Investigación (160 puntos), cuerpos colegiados y gestión académica (90 puntos).
Con estos datos es claro que existe un perfil del trabajador académico. El desarrollado por el PROMEP y avalado hoy por el Programa para el Desarrollo Profesional Docente, para el Tipo Superior S247 (PRODEP). Tiene como componentes: Docencia, investigación, tutoría y gestión. Al poner énfasis solo en la docencia se regresa a la década de los 70 del siglo pasado.
Un perfil del profesor para el MHIC
El diseño e implementación del MHIC (inicialmente por competencias y luego por capacidades) requiere redefinir el tipo de perfil del profesor o profesor-investigador -según se considere-. Y, especificar las características del mismo para, en consecuencia, desarrollar “el acompañamiento” en su proceso de transformación.
Tomando en cuenta autores que han desarrollado el modelo de capacidades para educación superior como Nussbaum, Walker, Saíto, Robeyns y otros propongo el siguiente perfil:
Docencia: Capacidad para diseñar experiencias de aprendizaje centradas en el desarrollo integral del estudiante, priorizando su agencia y libertad para decidir sobre su futuro. Uso de metodologías de enseñanza que fomenten el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo colaborativo, con un enfoque en la justicia social y la equidad. Conocimiento y aplicación de estrategias pedagógicas que integren teoría y práctica para resolver problemas locales y globales.
Investigación: Habilidad para desarrollar proyectos de investigación que aborden las desigualdades estructurales y promuevan el desarrollo de capacidades en comunidades vulnerables. Capacidad para integrar a los estudiantes en procesos de investigación que amplíen su comprensión del mundo y les permitan contribuir activamente a su transformación.
Tutoría: Empatía y habilidades de comunicación para acompañar a los estudiantes en su desarrollo personal y académico, promoviendo la autorrealización como objetivo central. Conocimiento de herramientas para identificar y mitigar barreras que limiten las oportunidades de los estudiantes, favoreciendo la inclusión y la equidad.
Gestión: Participación activa en el diseño y evaluación de planes de estudio desde una perspectiva de derechos humanos y desarrollo sostenible. Liderazgo en la implementación de políticas institucionales que promuevan el bienestar de los estudiantes y su capacidad para participar en la vida comunitaria y profesional.