El Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), a través del Programa de Refugio para Mujeres Víctimas de Violencia, durante 2024 ofreció 318 servicios básicos en beneficio de 35 personas (32 mujeres y tres niños), informó la presidenta honorífica del organismo, Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar.
Detalló que, durante este periodo, se generaron 23 cédulas de ingreso, lo que permitió elaborar planes de vida personalizados para cada mujer, abordando áreas clave como salud, educación, empleo y desarrollo personal.
“Esto garantiza que, al permanecer en el refugio y al egresar del mismo, las beneficiarias cuenten con un plan sólido para su bienestar físico, emocional y social. En total, se proporcionaron 60 consultas médicas, con un seguimiento especializado que asegura un cuidado continuo y oportuno, imprescindible para su recuperación integral”, refirió.
Espinosa de los Monteros Cuéllar detalló que, en el ámbito jurídico, se brindaron 150 asesorías legales. “Este apoyo es crucial en su proceso de empoderamiento y sanación, y complementado por 180 sesiones de acompañamiento psicológico, tanto para las mujeres como para sus hijos, con el fin de mitigar el impacto emocional de la violencia extrema y fortalecer su salud mental”, dijo.
Respecto a la profesionalización del equipo multidisciplinario del refugio, refirió que participaron en cuatro capacitaciones y certificaciones en normas oficiales con lo que se mejora las competencias para ofrecer un servicio especializado, sensible y de alta calidad.
“Asimismo, se impartieron 12 cursos de capacitación dirigidos a las mujeres, dotándolas de las herramientas necesarias para alcanzar la independencia financiera, y se organizaron 12 talleres de empoderamiento colectivo, creando un espacio seguro para el apoyo mutuo y fomentando el bienestar emocional”.
Espinosa de los Monteros Cuéllar también dio a conocer que se impartieron 12 cursos de capacitación dirigidos para dotarlas de las herramientas necesarias para alcanzar la independencia financiera, y se organizaron 12 talleres de empoderamiento colectivo, creando un espacio seguro para el apoyo mutuo y fomentando el bienestar emocional.
Finalmente, enfatizó que cada acción busca que las beneficiarias y sus hijos avancen a una vida libre de violencia y con mayores oportunidades de reintegración social, impulsando su desarrollo en un entorno de dignidad, respeto y esperanza.