En la jornada de este martes de la Olimpiada Nacional Conade 2025, padres y familiares de jugadores de la disciplina de Básquetbol 3×3 coincidieron en un punto clave: Tlaxcala ha sido una grata sorpresa por su ambiente tranquilo, su gente amable y una organización que ha sabido responder a las expectativas.
“Nos la hemos pasado muy bien”, contó Luis Enrique Briceño, padre de un jugador de Nayarit. “Ya vimos algunos museos y tratamos de aprovechar el mayor tiempo posible”. A pesar de los compromisos deportivos, él y su familia se las ingeniaron para conocer un poco más del estado. Su suegra incluso aprovechó para explorar la gastronomía local: “hemos buscado comida en diferentes partes para conocer más de aquí”.
Desde el Estado de México, Axel Uriel participó como jugador, acompañado por su padre. Aunque no tuvieron tiempo para hacer turismo, valoró positivamente la experiencia: “me encantó jugar con otros estados y ver que hay mucho nivel”. Su alojamiento y alimentación fueron proporcionados por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y su padre tuvo que hospedarse aparte y cubrir sus propios gastos.
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Una historia similar se repite con Jessica Téllez, madre de un jugador de Querétaro. Aprovecharon el viaje para visitar lugares como Huamantla y Apizaco: “ya comimos comida local… todo muy bien, la verdad”, dijo. A su lado, el abuelo del jugador agregó: “está muy bien organizado, el poner las canchas aquí en el centro fue fabuloso”.
Aunque la mayoría habló en términos positivos, también hubo críticas constructivas. José Guadalupe Durán, abuelo de un jugador de Michoacán, expresó su preocupación por la seguridad de las canchas: “se levantan las tapaderas… por poquito se lesionan. Eso no estuvo bien”. Aun así, elogió el talento de los jóvenes y consideró que “Tlaxcala está bonito”, a pesar de no haber tenido oportunidad de hacer tanto turismo.
Irma Gómez, abuela de un jugador nayarita, regresó a Tlaxcala después de más de 40 años. “La gente es muy amable… muy diferente a como lo vi hace 40 años”, comentó emocionada mientras aprovecha para festejar su cumpleaños. Ella y su familia aprovecharon para ver partidos de distintos equipos y se mostraron agradecidos por la experiencia.
Carmen Mata, madre de un jugador potosino, compartió su emoción por la participación de su hijo en el evento. “Muy buen nivel… nos quedamos en cuarto por un punto, pero está bien el evento”. Aunque no pudo hacer mucho turismo, dijo que el ambiente le pareció “muy tranquilo, muy cultural”, y no dudó en afirmar: “sí regresaría”.
Coincidieron en que Tlaxcala ha sido un lugar ideal para este tipo de eventos: seguro, con gente amable y con espacios cómodos. Aunque los familiares entrevistados viajaron por su cuenta, asumieron el esfuerzo económico como parte del compromiso con sus hijos y nietos.
A pesar de las agendas apretadas, varios aprovecharon para conocer el estado y probar su gastronomía. Otros, aunque se regresan este mismo día, se llevan una impresión positiva que los deja con ganas de volver a visitar el estado.
La experiencia de estos padres refleja una cara poco vista del deporte juvenil: la del acompañamiento familiar, la logística hecha con amor y el orgullo de ver a los suyos competir. Como dijo Jessica Téllez: “el simple hecho de estar aquí, que los niños hayan logrado llegar, ya es una experiencia increíble”.
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