En 1995, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, hoja de ruta para el logro de la igualdad de género, reconoció que para que las mujeres y niñas vivan sin violencia y discriminación, se requería contar con una mayor implicación de los hombres como defensores de la igualdad de género.
A 30 años de distancia, es necesario identificar qué tanto se ha logrado “alentar a los hombres a que participen plenamente en todas las acciones encaminadas a garantizar la igualdad” y qué tanto se ha logrado que interioricen que la igualdad de género es “una cuestión de derechos humanos y constituye una condición para el logro de la justicia social, además de ser un requisito previo necesario y fundamental para la igualdad, el desarrollo y la paz”.
En noviembre pasado, en México se publicaron las reformas constitucionales en materia de igualdad sustantiva; sin embargo, en los hechos, con todo y que tenemos una presidenta de la República con A, aún persisten las violencias contra las mujeres, siendo los principales perpetradores los hombres. Sí, los hombres que desde sus palabras, acciones y conductas discriminan, violentan y subyugan; los que refrendan pactos de impunidad y se cobijan para impedir que las mujeres tomemos decisiones públicas; los que tienen hijas e hijos y se desentienden tan fácil de sus obligaciones alimentarias; los que amedrentan desde el poder; los que hostigan, violentan, acosan, violan y asesinan. Si, ellos son los grandes perpetradores de violencia, son ellos quienes pueden dar un giro y asumir su liderazgo para transitar del ejercicio de una masculinidad tóxica a una masculinidad positiva.
En ese sentido, desde Mujeres en Consenso, en colaboración con diversas organizaciones feministas y autoridades locales se promueve la Conferencia Magistral titulada “Futuros posibles: el rol de los gobiernos locales en la promoción de masculinidades positivas”, a cargo del Mtro. Mauro A. Vargas Urías, que se llevará a cabo el próximo 13 de mayo a las 15:30 horas, en el Patio Vitral del Congreso del estado, con el propósito de incentivar una reflexión crítica sobre el papel de los hombres para fomentar relaciones más igualitarias y libres de violencia y promover su responsabilidad ética en la construcción de un Tlaxcala más democrático, incluyente, igualitario y justo.