El presidente de la Asociación de Restaurantes, Cafeterías y Bares de Tlaxcala (Arbat), Abel Cortés Altamirano avizoró que será complicado en este tipo de establecimientos mantener espacios exclusivos para permitir a los clientes fumar como lo establece la Ley para el Control del Tabaco 2023.
Y es que observó que la regla es clara en cuanto a que ese tipo de espacios deben estar ubicados a 10 metros o más del área de servicio, estar al aire libre, no sobrepasar el 10 por ciento del área de servicio al cliente dentro del establecimiento y no ofrecer alimentos o bebidas en estas áreas ni llevar a cabo actividades sociales o de esparcimiento.
No obstante, indicó que los establecimientos afiliados a la Arbat cumplirán con la normatividad de colocación de letreros y demás señalética advirtiendo sobre los efectos negativos de fumar, así como con el retiro de ceniceros en las mesas de atención, evitando también la venta de cajetillas de cigarros y demás productos conteniendo nicotina, así como designar áreas para fumar sin ofrecer ningún servicio de alimentos, bebidas o entretenimiento en su interior.
Además, dijo que la Asociación de Restaurantes, Cafeterías y Bares no prevé emprender acciones legales en contra de las reformas aprobadas al reglamento de la Ley General para el Control de Tabaco, excepto en lo tocante con posibles actos de arbitrariedad cometidos por las autoridades sanitarias durante los operativos que se prevén comenzarán en cualquier momento.
Cortés Altamirano previó que la afectación a los establecimientos que opten por convertir su establecimiento como un espacio 100 por ciento libre de humo de tabaco generará, al principio, protestas del cliente, pero por la experiencia respecto a la aplicación de medidas parecidas que contiene la Ley para la Protección de No Fumadores para el Estado de Tlaxcala, el cliente se adecúa tarde o temprano a dicha obligatoriedad, ya que no es una exigencia que implique discriminación alguna, sino que son medidas para proteger la salud de la población, incluyendo al personal no fumador del establecimiento.
Por tanto, no se prevén afectaciones económicas por la disminución de clientes, pero lo que sí preocupa a la Arbat es la respuesta de las autoridades encargadas de aplicar dicha normatividad, “pues esperamos que las autoridades vean estas medidas como una oportunidad para verdaderamente proteger la salud de la población y no como un arma más de extorsión hacia restaurantes, cafeterías y bares, ya que no son estos establecimientos los que promueven el consumo del tabaco, sino que es la población la que no se desprende del hábito de fumar y es, por tanto, hacia dicha población a quien deben enfocarse tanto los esfuerzos de concientización como de posibles sanciones por el hecho de ser sorprendidos fumando”.